Tras una primera unción para que Sergio “Nicky” Camacho sea el Jefe de Gabinete del segundo mandato de Gustavo Sáenz, en su ausencia el romerato ofrece cargos estratégicos y diseña un cogobierno especulando con un presidente de Juntos por el Cambio.
Halcones y palomas
Pocos son los que dudan de la necesidad cambiar una estructura gubernamental que no logró en los primeros 4 años armonizar posiciones ni perfiles. Ministros que no articulan con sus secretarios, y subalternos que no respetan a sus superiores, caracterizan una gestión que solamente se alimenta del ritmo vertiginoso de su mandatario.
Pero, además de magros desempeños, el conflicto docente y la protesta social última mostraron que en las altas esferas hay halcones y palomas. Sobresalen, encabezados por “Nicky” Camacho, los que quieren endurecer los criterios del gobierno en medio de la crisis que se profundiza, frente a los amigos del mandatario que simplemente quieren seguir como hasta ahora, híbridos pero respondiendo plenamente la voluntad del gobernador.
En la trastienda otros oficiosos consejeros le proponen al gobernador la necesidad de diluir las dos coordinaciones que concentran más de la mitad del poder real y que las resuma en una sola persona. “Nicky” Camacho generó confianza en el mandatario y se autopercibe como el halcón “alfa” de un séquito de ministros que ha comenzado a tributarle obediencia. Roberto Dib Ashur, Ricardo Villada y Federico Mangione prometen acompañar el intento a cambio de que no se los desestabilice. Marcelo Dominguez, Claudia Silvina Vargas y Mario Peña (h) no participan del fragote pero se reconocen débiles frente a la entente integrada por los ministros más poderosos. Martín de los Ríos mantiene su confianza en el parentesco con el gobernador aunque su cartera probablemente sea desguasada.
El armado también se pule con dirigentes huérfanos que perdieron la elección pero que tienen facturas a cobrar al reelecto gobernador. Gustavo Solís es uno de los intendentes romeristas a quien “Nicky” Camacho habría prometido lugar en su área de llegar a Jefe de Gabinete.
Obra pública, transporte, juegos de azar, negocios mineros y contrataciones varias pasan hoy por las manos de funcionarios con alto perfil que integran un gabinete que siempre estuvo 10 o 20 puntos debajo de su líder en la opinión pública. Nadie quiere quedarse afuera de sólo analizar la pobre trayectoria individual posterior a las renuncias de Verónica Figueroa, Josefina Medrano, Juan Manuel Pulleiro o Abel Cornejo.
Los poderosos de siempre
Los últimos 30 años están signados por los mismos protagonistas. Juan Romero y Jorge “Alam” Brito construyeron a su alrededor un conglomerado de intereses que son los que respaldan el poder sea quien sea el que ocupe el sillón de Grand Bourg. Apoyaron o condicionaron las gestiones que, sin excepciones, mantuvieron los contratos económicamente más rentables. Banco Macro, Edesa, Aguas de Salta, La Plumada, Aunor, Casinos Austria, entre otros, nunca podrían existir de no haber sido autorizados por este dúo.
Con su poder drenándose luego de la derrota de Bettina Romero en la capital, y con la venta de las influencias que mantienen con Mauricio Macri y el eventual próximo presidente de Juntos por el Cambio, los de Lesser (o Limache) se concentran en acordar en superficie la contención de algunos dirigentes en el gabinete. En la trastienda, quieren mantener o colocar a otros que representan intereses económicos compatibles.
Tras la avanzada que ha dejado a metros de la silla de la Jefatura de Gabinete a Sergio “Nicky” Camacho, el romerato intenta construir desde ese cargo estratégico una estructura en donde predomine la obediencia para con el senador nacional Juan Romero.
Promueven naturalmente a Hugo De la Fuente para cubrir el Ministerio de Infraestructura (bajo la tutoría de Camacho) y quieren sumar a María Eugenia Angulo en la jugosa Secretaría de Obras Públicas. Con “aceitado” vínculo con empresas locales poderosas como Ingeniero Medina S.A., Vicente Moncho Construcciones SRL y Juan Pedro Garín Construcciones, ahora quieren abrir la puerta a empresas que hacía muchos años no lograban contratos relevantes como Riva (Romero y Varios Amigos) S.A. y Conta Walter Mario SRL.
Buscan ubicar a Abel Cornejo en un ministerio y lo sugieren para cubrir la vacante que dejará el actual titular de educación Matías Cánepa, que al parecer tiene marcado un final de carrera política para ingresar a la justicia salteña. El polifacético ex juez federal, Ministro de Corte y Procurador General tiene quilates suficientes en su currículum y su condición de historiador lo acerca al ámbito de la cultura.
Ignacio Jarsún, otro de los alfiles del romerismo, aterrizó propiciado por Sergio “Nicky” Camacho en una empresa casi estatal que sigue sospechada de no pocos negociados según advirtió esta semana el diputado nacional Carlos Zapata. El romerato quiere mantener el control de esta sociedad que recibe miles de millones de salvataje financiero y que nadie controla.
La relación con Brito le permitiría preservar a Roberto Dib Ashur, que ya cuida celosamente la agencia financiera del Banco Macro y es secundado por el originariamente romerista Ariel Burgos. Ambos en realidad también inclinan sus favores hacia Javier David que, casualmente, es el apoderado de Agrotécnica Füeguina, otra empresa que nació de las entrañas de este sector político.
Flavia Royón tiene una sólida relación con Gustavo Sáenz por canalizar para la provincia ayudas importantes de Sergio Massa, viene de trabajar 15 años en el conglomerado que construyó el desaparecido banquero partiendo de un acuerdo con el entonces gobierno de Juan Romero. Ella sería la nueva Ministra de Minería y Energía que también bendice el veterano senador nacional.
Negocios azarosos
Quieren también retener el manejo de las concesiones de los juegos de azar con una integración totalmente afín en ENREJA y bajo la conducción de Aníbal Caro, público representante de los intereses agropecuarios del senador nacional.
Todavía resuena la denuncia del uruguayo Roberto Guillermo Siegfried quien denunció en 2002 ante la justicia federal un supuesto contrato por 5 millones de dólares entre ENJASA y Romar Inversiones S.A., empresa que tenía accionistas principales a Rodrigo Cátulo Marcuzzi y Juan Esteban Romero, sobrino e hijo del senador nacional. También pidió investigar a la firma Complejo Monumento Güemes que construyó el Hotel Sheraton, en donde nuevamente aparecía Marcuzzi junto a Gustavo Anselmi y Carlos Garramón, presuntos testaferros de otros accionistas.
Los mismos intereses azarosos vinculan al romerato con Ricardo Glazman, el beneficiario en su momento de las tragamonedas del Alto NOA Shopping y cuyo hijo Nicolás se casó en 2009 con Lucía Milagro, hija de Juan Romero.
Exilio o resurrección
El cuadro de situación habla de la habilidad del senador nacional para armar un castillo de naipes que un triunfo de Sergio Massa desarmaría para conducirlo al exilio político. La edad, que le llega a todos, marca el final de su tiempo senatorial en 2025 tras 18 años de inmunidades convenientes. No habrá herencia política para sus hijos.
El regreso del gobernador de sus vacaciones moverá nuevamente la rueda de conversaciones que culminarán en diciembre con un nuevo gabinete. Si el romerato logra sus objetivos, ganarán los halcones y la mano dura. Si Unión por la Patria se queda con el poder nacional, en Salta comenzará el declive de las empresas del romerato que alumbraron a la luz de la influencia política. Las palomas confían en que su jefe no cederá.