“Esta noche improvisamos” es un espectáculo que mixtura música y teatro con ese desafío churito que es la improvisación. Y se sube de nuevo a las tablas el 9 de septiembre, a las 21:00, en el Salón Auditórium. (Trilce Lovisolo)

Se trata de lo que dos actores y tres músicos tienen para decir a través de sus instrumentos corporales y musicales. En “Esta noche improvisamos”, el juego, el azar, el silencio, la percepción y la espontaneidad son los condimentos de la trama que se va generando ahí.

La simbiosis y el diálogo que se genera entre estos dos lenguajes es el fin del espectáculo para poder lograr la homogeneidad y la organicidad en la escena. Quienes se dejan fluir en este encuentro de música y teatro son los actores Maximiliano Núñez y Nicolás Obregón y los músicos Eugenio Tiburcio, Esteban Cárdenas y Emiliano Del Alba.

El grupo se llama “Misión Mono Teatro” y la obra se presenta el sábado 9 de septiembre, a las 21, en el Salón Auditórium (Belgrano 1349). Entrada general a $100, anticipadas a $80 y promoción de dos por $160.

No hay argumento. No hay sinopsis. La obra va mutando con cada presentación. Porque de eso se vale el improvisar, de dejarse encontrar por lo que sucede en el momento y dejar que suceda esa magia de lo que no está planificado. Y que sí o sí sucede.

En diálogo con Cuarto Poder, el músico Emiliano del Alba dice que sobre el escenario uno disfruta el hecho de no estar condicionado en absoluto por un guión previo, que es otro tipo de laburo que también está buenísimo. “En este caso, como es algo nuevo también para nosotros, disfrutamos mucho de la soltura de no tener que ‘estudiar’ y sí, al mismo tiempo, hay un gran compromiso de conectarse con el resto de los compañeros músicos y actores para darle un sentido coherente y que sea un juego de ida y vuelta. Eso también está muy bueno, porque te obliga a estar súper lúcido y atento a los ritmos de las escenas que se van dando: dónde hay un quiebre, dónde sube, dónde baja y, sobre todo, dónde ‘termina’ la escena, porque todos tenemos que ir al unísono y ese desafío es algo que es muy disfrutable también”, dijo el músico.

Y el público les ha dicho que disfruta mucho la espontaneidad en general. Tiene un tono humorístico y se divierten mucho. Y lo que más disfrutan es el momento en que se representa una improvisación sobre las frases o palabras que escriben en papelitos antes de entrar al teatro. Como cierre del espectáculo, los artistas sacan unos cuantos papelitos al azar y representan su interpretación sobre lo que está escrito allí. Lo que se dice, se termina de “escribir”, en escena, de manera colectiva entre el público y los artistas.

¿Dónde está Santiago Maldonado?

Siempre ocurren cosas distintas entre los músicos, los actores y el público cuando hay improvisación. “Lo que más me impactó en estas últimas funciones fue que una de las frases que sacamos en los papelitos fue: ‘¿Dónde está Santiago Maldonado?`’ Fue muy fuerte, sobre todo porque como decía antes impera mucho el tono humorístico generalmente en cada una de las presentaciones”, cuenta Emiliano. “Pero al mismo tiempo fue una sensación de que estamos despiertos y de que desde muchos lugares podemos alzar la voz para repudiar hechos lamentables que ocurren en Argentina en plena democracia y, a su vez, de algún modo acompañarnos y mantener vivo un grito de resistencia, aunque sea chiquito, pero que sabemos que se va replicando en uno y otro y otros lugares, que sumados todos son muchísimos y van a generar un peso importante”, agrega luego.

Así es que en la improvisación se cuelan sentires de esos que flotan en el aire. Los artistas tienen la capacidad de pescarlos en vuelo y transformar así un acontecimiento teatro-musical en reflexión, en expresión máxima de todo aquello que nos atraviesa como sociedad. Y es que para todo eso sirve el arte.

Vienen andando

Misión Mono Teatro es un grupo que se armó hace un poco más de un año y medio. Cuenta Emiliano que él, junto a Nicolás Obregón, ya venían trabajando juntos desde la música en una obra que se llama «Caras, caras, y más-caras» que es un unipersonal de teatro físico con máscaras. De allí surgió la idea de seguir explorando la forma en que se fusionan e interactúan estos dos lenguajes, que no utilizan precisamente la palabra hablada, pero quisieron seguir explorándolo desde el lado de la improvisación. “Entonces convocamos a Eugenio Tiburcio que es clarinetista y a Esteban Cárdenas que es percusionista, para llenar los aspectos melódicos y rítmicos de la parte musical (yo estoy con el bandoneón ahí) y desde el lado actoral el Nico lo llamó a Maxi para que trabajen en escena los opuestos, las diferentes dinámicas de roles en escena”, dice Emiliano. Piensan seguir improvisando.

Todos invitados el 9 de septiembre. Vamo’ a ver qué sale.