Un nuevo deporte aterroriza a pasajeros y choferes de colectivo: la intifada criolla consiste en arrojar cascotes a las unidades. No te salva ni el botón antipánico.
Lo que en un principio se creían ataques sin razón a las unidades de transporte urbano de pasajeros, luego de una ardua labor por parte de la Unidad Policial Investigativa Técnica, y la infiltración de dos oficiales, se supo la mera verdad real verdadera: “Tiro al Saeta”, un peligroso pasatiempo que cada vez va sumando más adeptos.
Tras dos meses de infiltración y varios cascotazos arrojados, los infiltrados lograron conocer parte de la organización de lo que se estaría convirtiendo en un torneo casi provincial. “Elegimos a los dos mejores tirapiedras que tenemos en la fuerza”, comentó el comisario Elvis Gote, cabeza visible de U.P.I.Te., la flamante rama de investigaciones en la policía salteña.
Las reglas son fáciles: suma más puntos el que revienta más vidrios con la menor cantidad de piedras mientras el bondi está en movimiento. Se reparten 3 proyectiles para cada participante y al que pase, cobra. Se obtienen puntos extra por pasajero herido, hecho que ha generado mayores inconvenientes, porque en los últimos meses se ha registrado un alza en la cantidad de cascoteados que llegan hasta los pasillos del nosocomio local. Consultado por El Polichombi, un camillero del San Bernardo corroboró la versión: “Te caen dos o tres por fin de semana”, dijo.
Si bien hasta ahora no se ha podido desbaratar el campeonato local, eso se debe a que esperan a que al menos uno de los infiltrados pase las semifinales que según fuentes oficiales se llevarían adelante pronto. “En caso de no llegar a la final, reventamos todo”, comentó off the record, uno de los miembros de U.P.I.Te.