Luana, es la niña trans argentina que tiene 8 años y nació varón. En el 2013 pasó a ser la persona más joven que modificó su nombre y obtuvo el DNI femenino. Su historia.
Luana tuvo que luchar mucho para ser mujer. Nació varón y todo el mundo le decía que eso es lo que era. En el 2013, sin embargo, pasó a ser la persona más joven que aprovechó la ley nacional de género, que permite a la gente decir con qué género se identifica con fines legales.
La muchacha pasó a ser símbolo internacional de los progresos de la comunidad transgénero, al tiempo que desató un debate en el país, sobre cuál era la mejor forma de criar a un niño/a que se identifica con el otro género.
Ese debate, cada vez más común en todo el mundo, suena distante en la modesta casa de cemento de dos habitaciones de la familia de Luana en Merlo, al oeste de Buenos Aires.
«Yo siempre fui nena», dice Luana, con una sonrisa idéntica a la de su hermano mellizo Elías, un niño de esos a los que le gustan los autitos a control remoto. Él asiente. «Si le das a Luana todos mis juguetes, no cambiaría nada», expresó Elías. «Todavía no sería un nene».
«Soy nena»
Gabriela Mansilla, la madre de Luana, contó que siempre hubo claras diferencias entre sus dos hijos mellizos. Manuel, el nombre que se le dio a Luana al nacer, se ponía camisetas en la cabeza, aparentemente fingiendo que tenía cabello largo. Le gustaban las muñecas. Sus personajes preferidos en las películas eran las princesas y las sirenas.
Entre sus primeras palabras figuró la frase «yo nena». Ya en esos primeros años se percibieron pequeñas diferencias en las fotos de los dos hermanos mellizos. Se los veía a menudo con los mismos atuendos, pero la mirada de Manuel era generalmente más suave y la cabeza aparecía inclinada.
Desde los dos años Manuel se negó a a vestir pantalones y quería vestiditos. Las batallas fueron tan intensas que la madre a veces le permitía hacerlo.
«La gente en el barrio me decía `la loca que disfraza a su hijo de nena», contó Mansilla, de 41 años. Cuando los niños tenían tres años, un equipo de psicólogos y médicos le recomendó un programa orientado a reforzar el lado masculino de Manuel.
Ley de Género
Por ese entonces, el Congreso estaba debatiendo una de las leyes de transgénero más progresistas del mundo, que permiten hoy por hoy un cambio de sexo si la persona así lo decide. Las pocas naciones que tienen leyes de ese tipo generalmente ponen muchos requisitos, incluidos un cambio de sexo físico y órdenes judiciales.
Mansilla acudió a los tribunales a pedir un cambio de género para Luana en diciembre del 2012. Los funcionarios se negaron a hacerlo debido a la edad de la menor y el caso acaparó la atención de la prensa. Diez meses después intervino el gobernador de Buenos Aires Daniel Scioli, quien aceptó la solicitud.
Fuente: Los Andes