Por Mario Masmani

 A Francisco Lamolina, famoso arbitro del futbol argentino apodado Pancho, lo conocían en la Primera División del Futbol Argentino por su estilo «liberal» en el campo de juego. Su gesto clásico era simular empujar un carro, para sugerir que se continúe en movimiento (el famoso «siga, siga»), que se convirtió en una manera despectiva de hacer  alusión a esta escuela del arbitraje.

Aunque parezca mentira, las últimas actuaciones de algunos miembros del Gabinete Provincial parecen mostrarlos fiel a sus costumbres, y muy proclives a seguir esta escuela del sigasigasiga.  Por increíble que suene, es necesario insistir en que no cumplir con las normas establecidas es delito, y si el incumplimiento proviene de la autoridad es más grave aún.

Pero, en el sigasigasiga, aquí no ha pasado nada!,  el gobernador Gustavo Ruberto Sáenz tiene que atender urgencias que se podría haber ahorrado en medio de la emergencia sanitaria y social en la que está inmersa nuestra provincia. Esta vez el bochorno delincuencial tiene una vez más como responsable, al inefable teniente coronel retirado Pulleiro, a  cargo del Ministerio de Seguridad. Cierto es que los ministros no están ayudando mucho al agotado Gustavo, que ha llegado incluso a lamentar el cargo que ejerce, sin deseárselo a nadie, según afirmó el pasado seis de agosto.

Pulleiro sigue poniéndole los pelos de punta al primer mandatario, ya que a los lamentables episodios sucedidos en estos pocos meses en el área Seguridad, se le suman hechos que lucen novelescos: uno de ellos tiene a Cupido como actor principal, y el otro parece salido de uno de esos documentales de HBO, que describen las desventuras de muchachos afectos a la mala vida en poderosas Corporaciones non sanctas..

Al primero, lo dejemos para las revistas del corazón, pero en cuanta al segundo, las implicancias ilícitas llaman fuertemente la atención. Los que conocen el tema y de malos intencionados, denominan al entuerto la repartija”.

En Argentina todos sabemos que coquear no es delito, pero importar o tener hojas de coca, sí. Lo esquizofrénico del caso es que, como plantar coca también es ilegal en nuestro país, el hábito ancestral de los pueblos originarios sólo puede alimentarse de un mercado informal. Fue este mercado informal con Bolivia el que quedó paralizado cuando la pandemia de COVID-19 cerró las fronteras.

Así las cosas, en el mes de mayo, la Justicia Federal autorizó que las hojas de coca incautadas en diversos operativos, sean entregadas a los gobiernos de Salta y de Jujuy, quienes dispondrán de su distribución de manera gratuita, a los ciudadanos que practican el «coqueo», como costumbre ancestral de los pueblos del Norte argentino (que mascan hojas de coca o las usan como infusión). Así lo informaba en ese entonces el gobernador jujeño Gerardo Morales, tras ser notificado de la medida judicial plasmada en su cuenta deTwitter: «Nos autorizaron que la coca incautada sea entregada al Gobierno de la provincia y distribuida gratuitamente en Jujuy».

En el caso de la provincia de Salta, el pasado 18 de mayo realizo el pedido correspondiente a la justicia, el ministro Pulleiro, para la entrega de hojas de coca secuestrada en procedimientos Federales. Alo confirmó al diario  El Tribuno, el mismo mes, el Fiscal Federal de Salta Eduardo Villalba.

Lo cierto es que el desabastecimiento de hojas de coca, desde que comenzó el aislamiento social, preventivo y obligatorio, debido a la pandemia del Coronavirus, provocó la suba indiscriminada del precio de la hoja de coca, siendo su adquisición muy cara ,y generando además, un fabuloso negocio económico.

 

Las cantidades a distribuir

La autorización del Ministerio Público Fiscal para la entrega gratuita de las hojas de coca en Salta y Jujuy, debía beneficiar especialmente a las Comunidades Indígenas registradas, Cooperativas de trabajo y Centro vecinales, entre otros sectores, y para ello libero1700 kilos de hojas de coca.

En el caso de la provincia de Jujuy, la autorización de los Fiscales Federales, incluye un total de 864 kilos de hojas de coca secuestradas, para esa provincia.

En tanto para Salta, fueron destinados 836 kilos del precioso vegetal, que se hizo entrega al Ministerio de Seguridad. El responsable de esta carga por hoy preciosa, es Ignacio Berón de Astrada, actual Director de la Agencia Antidrogas de la Provincia, que casualmente es el sobrino del ministro Pulleiro, de quien depende funcionalmente.

Precisamente el sobrino y el joven vástago del ministro Pulleiro, el joven Santi, quienes aprovechando la falta de claridad y el nulo control, que emprendieron un negocio fantá$tico, proveer de hojas de coca a los tantísimos locales de Salta que se dedican a la venta. Hoy por hoy, se puede ver algunas ofertas de hojas de coca que promocionan la venta de 1/4 a dos mil pesos. Solo un aventurado se atrevería a hacer números no? Lo seguro que sabemos, es que precisamente las comunidades originarias quedaron fuera de la repartija! 

Mientras tantosigasigasiga….