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Santa Victoria Este: Un lugar olvidado hasta por la universidad

Los estudiantes del anexo de la sede de la UNSa de Tartagal atraviesan por varias necesidades que a 6 años de su creación nadie pudo solucionar. Actualmente toman clases en dos salones que le son alquilados a la Congregación de Hermanas Franciscanas Misioneras (Gabriela Hernández)

El anexo universitario de la Sede Tartagal en Santa Victoria Este inició sus actividades en el año 2013 con la carrera de Enfermería Universitaria, que es la única hasta el día de hoy. El anexo surgió como una obra que beneficiaría a los habitantes de las comunidades originarias, pero con el tiempo las condiciones climáticas y la falta de recursos se hacen notar, y es que no se trata de fundar por fundar, sino de tener las herramientas necesarias para poder asegurarle a los estudiantes una educación de calidad.

Actualmente el anexo no cuenta con lugar propio, tiene terrenos donados por la municipalidad en donde deberían estar ya construidas las aulas, pero no, las clases se desarrollan en dos salones que le son alquilados a la Congregación de Hermanas Franciscanas Misioneras de Santa Victoria Este por 10.000 pesos al mes. 

Otro problema es el acceso de los docentes (todos de Tartagal) hasta el “predio” ya que a veces es dificultoso por las crecidas del río y la distancia. Hubo ocasiones en las que la universidad alquiló camionetas a 2000 pesos para la ida y vuelta de los pasajeros. Sumado a esto está el ajuste que realizó el Gobierno Nacional a todas las sedes y facultades, el mismo paralizó desde la construcción de baños, hasta el pago de 50.000 pesos en 2016 para la construcción de una sala de informática que nunca se realizó y es lo que más necesitan.

El 5 de abril de 2018 casi 100 personas de Santa Victoria Este realizaron una toma del anexo con amenaza de huelga de hambre y en reclamo a la falta de insumos, elementos para estudiar y por una mayor comodidad al momento de cursar. Una mañana se organizaron y cerraron todos los accesos a la Congregación, pero fuera de toda violencia la toma fue pacífica logrando tener reuniones con la directora de la sede y el rector. Este hecho no fue muy difundido y casi nadie en la sede central es consciente de la lucha que realizaron, pero significó mucho a la hora de dar los primeros pasos para obtener una parte de los derechos que les faltan. “Muchos estudiantes tienen miedo de contradecir a los docentes y se ponen en nuestra contra”, dijo en su momento Fernando Soria, referente de la medida de fuerza que derivó en la ira de las autoridades.

Entre los pedidos, en palabras de los estudiantes, están:

 

A los estudiantes les estaría faltando también una información detallada del presupuesto que se destina al ANEXO, ya que sólo se les acercó un presupuesto general donde aparece únicamente la cantidad de dinero destinado a cada facultad y no pueden ver en detalle los gastos que se realizan, por lo que sospechan de algunos casos de corrupción.

Hasta el día de hoy los estudiantes de Santa Victoria Este no tiene Centro de estudiantes, pero tienen como tarea pendiente independizarse del centro de la Sede de Tartagal y construir un centro que entienda y resuelva sus necesidades particulares, y que además sea financiado para tener insumos propios que puedan ser utilizados a beneficios del claustro estudiantil.

Normalizar la situación de Santa Victoria Este y de otras sedes regionales es un planteo necesario que debe hacerse el próximo rector o rectora de la universidad, de eso dependerá el acceso a la universidad de muchas personas y la apertura de nuevas Sedes con buenas condiciones. Los derechos se luchan.