Las denuncias oficiales por torturas policiales crecieron. Un informe elaborado a partir de los registros oficiales de la Fiscalía de Asuntos Policiales, muestran que durante el 2012 las causas por apremios llegaron a 774 mientras en el  2013 la cifra subió a 1.474. Hubo otro caso de gatillo fácil en Vº Belgrano. (M.A.)

Hace rato que la policía salteña se ha pasado de la raya. Días después de que un efectivo disparara contra un joven discapacitado en Juramento y Anzoategui, se conoció que  crecieron las denuncias por torturas en la Fiscalía de Asuntos Policiales. Esto se desprende de un informe firmado por Gustavo Vilar Rey, Fiscal de Causas Policiales. Según los registros documentales oficiales durante el 2012 se abrieron 774 causas y en  2013 esa cifra creció a 1.474 causas.

Viene al caso recordar que solo entre el año 2006 y principios del 2012 se registraron más de 1.800 casos de denuncias por apremios ilegales en dependencias policiales de Salta capital. En tanto, en el interior llegó a 1.749 casos. Estos números son parciales. Incontables son los casos que no son denunciados por temor a represalias o denuncias que no son efectivamente tomadas. Debido a la gravedad de los datos conocidos, en la sesión del jueves 8,  la senadora Cerrano del PO  solicitó que el ministro de Seguridad Alejandro Cornejo D´ Andrea concurra a dar explicaciones. El tema es complicado porque, además, las voces desde el oficialismo en defensa del jefe de policía Marcelo Lami no se escuchan: tanto diputados como senadores buscan evadir hablar al respecto.

Balas para todos III

De algunas cosas puede jactarse la institución conducida por Marcelo Lamí. Una de ellas es disparar o golpear a un ser humano como si nada. Pablo Tevez lo sufrió en carne propia el 30 de abril. El pibe estaba en la puerta del club Peñarol cuando dos policías detuvieron la marcha de sus motos y lo increparon a él y a sus 2 amigos para que “circulen”. “Pablo se paró para irse y uno de los policías le disparó en el pecho, hizo dos pasos y cayó encima del policía que le pegó un culatazo en la prótesis que mi hijo tiene en su cabeza”, declaró a la prensa su madre. El joven de 26 años, que tiene paralizada la mitad del cuerpo debido a que años atrás tuvo un accidente vial, se encuentra en estado delicado tras la brutalidad: un impacto de bala y un posterior culatazó lo dejaron entre la vida y la muerte.

Su madre, el año pasado, también había caído abatida por un disparo del oficial Maximiliano Delgado cuando fue a ver un partido en la cancha de la Liga. En esa oportunidad, un tiro le perforó el estómago y la bala todavía la tiene en la columna vertebral. El policía, que era miembro de la prensa policial declaró que no tuvo intención y que se “asusto”; así recuperó su libertad rápidamente.

La descomposición policial ha llegado a no tener límites. A la policía local desde el poder político se le tolera mucho y se la llena de elogios. La explicación a esta paciencia y adulación se debe buscar en las necesidades de regimentación social y la vieja ligazón entre la policía y el PJ. En definitiva: si con los hechos que vienen saliendo a luz no rueda la cabeza de Lami es porque Cornejo D´ Andrea, y por elevación Urtubey, lo sostienen. La violencia policial salteña no es producto de excesos de algunos efectivos. No es la excepción sino la norma: se repite a rajatablas.

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