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“Salta ha involucionado culturalmente”

El periodista Maximiliano Rodríguez fue entrevistado por La Izquierda Diario. Allí habla sobre su libro Doble Crimen, que recopila las crónicas publicadas en Cuarto Poder durante el juicio por la muerte de las turistas francesas.

En una entrevista publicada el sábado pasado en La Izquierda Diario, Maximiliano Rodríguez continuó difundiendo su libro Doble Crimen, sobre el juicio por el asesinato de las turistas francesas en San Lorenzo.

El libro recopila las crónicas que Rodríguez escribió para Cuarto Poder. Los textos fueron publicados por esta web el año pasado, mientras se desarrollaba el juicio.

A continuación, reproducimos la entrevista completa:

“Si me preguntan qué signó al gobierno de Urtubey, voy a decir la impunidad”

Entrevista al periodista Maximiliano Rodríguez, autor del libro “Doble Crimen: ¿quién mató a las francesas?”, recientemente publicado por la editorial La Cuarta.

Mariano Mustafá/Daniela Quispe

El doble crimen de Cassandre Bouvier y Houria Moumni, cuyos cuerpos fueron encontrados en la Quebrada de San Lorenzo en el distrito Capital de Salta, en el invierno del año 2011, conmocionó a la opinión pública local, nacional e internacional.

El libro de Maximiliano Rodríguez recopila crónicas de cada uno de los días del juicio oral y público llevado adelante el año pasado, como también presenta entrevistas exclusivas con Jean Michel Bouvier, padre de Cassandre. El trabajo otorga elementos para pensar – y volver a pensar – las relaciones entre el poder político, la justicia y la policía que garantizan la impunidad en la provincia de Salta.

Contanos: ¿cómo elaboraste el libro? ¿Cómo comenzaste a investigar el caso?

No sé si es una investigación o una cobertura a lo largo del tiempo, podríamos decir que fue casi fortuito. Yo trabajaba en radio Aries, cubría un turno los sábados. A la mañana ya era noticia el hallazgo de los cuerpos, y sólo un portal de noticias que era el de Iruya.com presentaba la noticia. Me metí en el tema. Empecé a contar al aire que había informaciones dando vueltas, el sábado a la tarde en horas de la siesta se presentó la conferencia de prensa, la cual todos conocemos, donde salió el gobernador a decir que en Salta esto no pasa pero anunciando lo que ya había pasado. De ahí en más publiqué unos sesenta artículos diversos sobre el caso, entre ellos las treinta y pico de crónicas, entrevistas, notas a personas vinculadas, expedientes, caso Piccolo, varias aristas del mismo caso. (…) Me resultó muy impactante todo desde el comienzo y a medida que avanza desde el punto de vista periodístico, el hecho de que el juez que hizo mal las cosas a la vista de todos sea ascendido por el gobernador, que todo el poder judicial se quede callado ante eso. Que el ministerio público quede callado ante un fiscal de instrucción que acusa y que es ascendido y un fiscal de cámara que no puede sostener acusación y todos se quedan callados y nadie opina. Para mí me genera más que interés.

En el desarrollo del libro, a partir de las treinta y cuatro crónicas van apareciendo elementos que permiten vislumbrar el accionar de la policía y la brigada de investigaciones, el juez y el gobierno de Urtubey en el desenvolvimiento de la investigación. ¿Por qué pensás que la investigación tuvo tantas irregularidades?

Parafraseando al propio abogado de la querella a nivel nacional, que es Nicolás Durrieu, quien en sus alegatos ante el tribunal planteó que él no cree en las casualidades… coincido plenamente con él, desconozco cuáles son los motivos que llevaron al gobierno a prácticamente ser parte de lo que podemos calificar como un encubrimiento, pero será la sociedad la que demande a sus gobernantes mayor claridad, pero desconozco cuales son los motivos. Pero a mí no me convence la excusa de la casualidad, que el mejor amigo del gobernador sea el abogado querellante durante los dos primeros años, que sostenga la acusación, que el juez y el fiscal de la instrucción sean ascendidos y prácticamente todo el arco político queda en silencio. No es casualidad que los policías que plantaron pruebas, que torturaron gente, hoy estén en la calle pese a que hay procesos en su contra que todavía no avanzan (…) Con lo cual lo que queda en pie es la condecoración anticipada realizada por el ejecutivo, es decir a la policía los condecoraron antes que hubiera procesados. Es decir no creo en las casualidades.

En este sentido, ¿sería apropiado hablar de impunidad a pesar de la sentencia del fallo judicial? Una de las crónicas tiene el título «La sentencia que desnuda la vergüenza”.

Yo le había puesto “La sentencia” y en la redacción cambiaron el título. Creo que hicieron bien en cambiar el título, fue acertado; la sentencia de la sala II condenando a Lasi y exculpando a Vilte y Vera desnuda la vergüenza de la instrucción, desnuda la vergüenza de tres años del proceso penal, cuando toda la gente decía a gritos que esos no eran los culpables, que eran perejiles, que las cosas no están bien hechas, que faltaban pruebas, y desde el Estado se le decía al pueblo quédense tranquilos que éstos son. Esa es la vergüenza desnudada con la sentencia de la sala II. Pero es evidente que la impunidad está a flor de piel. Sin ir más lejos, hace un mes estuvo en Salta Jean Michel Bouvier para pedir que reabran la investigación porque hay impunidad; porque tanto los jueces, como la policía, reconocen que Gustavo Lasi participó con otras personas, si es que todos creen que Gustavo Lasi participó… a quien lo condenó la justicia salteña. Así y todo si se toma esta consideración hay otros partícipes y hoy está cerrada la investigación. Entonces hay impunidad a la vista. Sean éstas personas poderosas, hijos del poder, o sean éstas personas desconocidos que quedaron impunes por impericias del proceso penal salteño. O sea, están en la calle los asesinos.

En relación a lo que decís de la sociedad, ¿cómo impactó en la sociedad de Salta?

Y en la sociedad de Salta me parece que impactó como en todas las sociedades, pero que se hace un poquito más acá, desde el punto de vista de no hacerse cargo de uno mismo. A la gente si no le pasa no siente (…)

El libro apunta un poco a eso, a recordar, a documentar lo que nos ocurrió como sociedad y lo que les ocurrió a dos turistas en tiempo y en espacio, porque si no el tiempo lo tapa todo. Acá nadie se acuerda quién era María Cash, ni cuándo desapareció, nadie se acuerda porque a Cristian Luna hace siete años que lo buscan, nadie sabe por qué no le tomaron la denuncia a la mamá de Marcela Mamani hace tres años atrás. Entonces el tiempo va tapando todo, y todo se va olvidando y el nieto del que hoy es gobernador va a venir y va a querer ser gobernador, y el sobrino del que hoy es ministro de seguridad va a venir y va a ser diputado, y nadie se va a acordar del nombre ni el apellido de nadie, y todos son ilustres y próceres salteños, pero acá está documentado, nombres y apellidos y lo que hicieron cada uno. Entonces me parece que mucho tenía que ver con eso, con ejercitar la memoria y con documentar nuestra era (…)

Bueno, el libro habla de las turistas francesas, pero recién nombraste a María Cash; hablábamos fuera de micrófono que en la provincia hay casos de violencia de género que se expresan cotidianamente, en ese sentido, ¿cómo pensás o cómo describirías la situación de la provincia en relación a la violencia hacia las mujeres?

La provincia desde la asunción de Urtubey en diciembre de 2007, ha involucionado culturalmente. La provincia ha vuelto atrás en todo el sentido cultural que te puedas imaginar. Volvimos a la década de 1930 con la educación religiosa en las escuelas, con la Iglesia Católica, o mejor dicho, con su ala más ortodoxa por no decir derechosa, aliada a la clase dominante, que no es otra que la oligarquía histórica de la provincia de Salta y dentro de ese marco se volvió a patrones de antaño, a patrones culturales completamente feudales, clasistas, donde las mujeres son nada más que un objeto. El anuncio de medidas con respecto a evitar la violencia de género, pero a su vez negarse a pagar una indemnización a la única sobreviviente del caso Yapura-Alderete, evidentemente muestra el doble discurso del gobierno. Es decir, acá somos modernos porque tenemos voto electrónico pero te pueden matar y violar como en el siglo XIX por ser mujer, eso es verdad. Los 95 femicidios acá en la provincia de Salta en los últimos siete años, podrían haber sido prevenidos, evitados, o por lo menos reprimidos por parte del gobierno fuertemente. El asesinato de una docente en medio del chaco salteño, Evelia Murillo, sintetiza que a esos maestros que hicieron una jornada de duelo les descontaron el día, entonces muestra como el gobierno considera que está mal, por ejemplo, hacer una jornada de duelo por una maestra en el chaco salteño asesinada en el marco de un intento de violación de una de sus alumnas. Entonces, más allá de la propagandita, más allá del discursito, más allá del slogan, María Cash no aparece y nadie la busca; Marcela Mamani no aparece y nadie la busca; los asesinos de Paula Martínez no aparecieron; los asesinos de Cintia Fernández tampoco aparecieron; los asesinos de las turistas francesas tampoco aparecieron; bueno, entonces me parece que la provincia suma una serie de hechos que por más que hoy la sociedad no quiera verlos, o no los ponga dentro de su problemática principal, marcan una era. Si a mí me pregunta qué signó al gobierno de Urtubey, yo voy a decir la impunidad. (…) Ese para mí es el signo del gobierno, pueden decir que es por ineficiencia, pueden decir que tienen otras prioridades en el gobierno, pero ese para mí es el signo. El signo son cuatro años de marcha contra la impunidad en la plaza 9 de julio, los días viernes y alrededor de la plaza, sin que nadie de respuestas de nada.