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Salta Forestal: El arte de hacer dinero con el Estado

El presupuesto provincial, recientemente aprobado para el año 2019, calcula recaudar por cobro de canon a las concesionarias de las tierras de Salta Forestal  tan solo 11 millones de pesos; esto por más de 240 mil hectáreas productivas en el departamento de Anta. (Mariano Arancibia) 

El módico cobro del canon será sobre las más de 76 mil hectáreas en propiedad de la empresa Anta del Plata S.A, y las casi 160 mil, de Cresud S.A.

El dato salió a la luz en el reciente debate respecto al presupuesto en la Cámara de Diputados. Ocurre que desde el Estado se calculaba cobrar 5 millones de pesos en 2018 y no está claro si efectivamente lo hizo. Consultado al respecto en el despacho de Presidencia, hace dos semanas, Emiliano Estrada dijo que no sabía si había ingresado el pago. Algo similar señaló la ministra Paula Bibini, quien dijo que se calcula tendrían que pagar en 2019 más de 150 millones de pesos por la explotación de las tierras fiscales, aunque en la versión presupuestaria aprobada el jueves en el senado figuren apenas 11 millones. De todas formas, Bibini le tiró la pelota a Alberto Oscar Guiñazú, presidente de Salta Forestal S.A.

De Olmedo a Medina/  Elsztain y Urtubey 

Nada queda de la ingenua proclama de los contratos iniciales de concesión: “lograr un desarrollo conservacionista y sustentable de la zona”, “programar la sistematización del campo teniendo en cuenta los aspecto sociales”, “mejorar la calidad de vida de sus habitantes ubicados en una zona con alto grado de necesidades insatisfechas”. Por el contrario, tanto la empresa Eco Desarrollo S.A. (hoy Anta del Plata), como Agropecuaria Cervera S.A. (hoy Cresud), apenas obtuvieron la concesión, optaron por desarrollar un plan extensivo de plantación de soja, desnaturalizando el contrato y perjudicando las finalidades públicas.

Todos estos incumplimientos contractuales fueron objeto de durísimos informes por parte de la Auditoria General de la Provincia (Año 2008) y de una Comisión Investigadora de la Cámara de Diputados de la Provincia (2011); además dieron origen al Decreto 2478/2011, por el cual se declaró a los contratos como lesivos a los intereses del Estado provincial, y se inició un juicio para declarar la nulidad de una de las concesiones.

Sin embargo, a pesar de la supuesta cruzada que intentó mostrar la gestión de Urtubey contra la familia Olmedo, (ver El cuento del tío ), todo terminó con una condonación de deudas por más de 300 millones de pesos, y el traspaso de la concesión a la firma Anta Del Plata S.A., constituida por las empresas Paramérica S.A., tucumano de Carlos Alberto Ruiz, y Agsof S.A. de Miguel Francisco Medina.

Aquí es necesario detenerse un momento para comprender lo enmarañado de la cuestión. Los Olmedo para despistar pusieron prestanombres, precisamente, los sobrinos Kevin y Jessica Elliot, quienes por arte de magia se desprenden pasándole la explotación a Anta del Plata.

Uno de los hombres de negocios con el campo es el reconocido Miguel Ángel Medina, presidente de AGSOF S.A. “Es un conocido terrateniente de Rosario de la Frontera. El hombre invierte en diversos proyectos productivos desde hace varias décadas aunque su fuerte está en la soja y la ganadería; ésta última es una de las principales de la región sur de Salta donde se estiman que hay unos 500 establecimientos ganaderos, destacándose las firmas Los Mogotes, Las Gramas, Servicios y Negocios, Los Andaluces, Campos de la Frontera, La Buena Vista, La Asunción y por supuesto, AGSOF”, informamos desde estas páginas el año pasado (“Cambiar para que nada cambie”,  20/05/2017).

Como quedó dicho, la otra parte se encuentra en manos del gigante Cresud. La firma tiene una estructura accionaria variada, pero su mayoría está en manos de Eduardo S. Elsztain. Esta empresa es, a su vez, la dueña del 37,4% de IRSA, una firma más conocida en Buenos Aires, porque controla casi todos los grandes centros comerciales porteños, como el Alto Palermo, el DOT, el Patio Bullrrich o el Buenos Aires Design al igual que el ALTO NOA. En Salta, tiene un enorme emprendimiento agropecuario llamado “Estancia Los Pozos”, lugar que es visitado una vez al año por Eduardo y sus hermanos y donde suelen tener como invitado de honor al mismísimo gobernador, quien llega en el poderoso avión de la provincia para compartir un momento con los notables hombres de negocios.

Los beneficios de siempre

Los beneficios menos conocidos para las concesionarias son la indemnidad patrimonial  ante la eventualidad de conflictos judiciales con terceros, y la excepción al impuesto de sellos; pero parecen beneficios menores si se los compara con el largo periodo que no pagaron canon alguno, y con el trato dócil que tiene el gobierno para “obligarlos” a hacerlo.

Para entender esto, hay que pensar que la devaluación del peso en 2001, y el incremento del valor de los commodities (el valor de la soja obtuvo valores record en 2007, llegando a 612 dólares la tonelada, y en 2009, a 614), obligaron a la provincia a renegociar los contratos con las concesionarias.

Así, en 2009, la firma Cresud se le obligó, por cada año, a pagar el equivalente a un quintal de soja por hectárea cosechada, según los precios de la bolsa de Rosario; pero por el contrario, la Empresa Eco Desarrollo S.A.  no aceptó pagar canon alguno hasta 2017, cuando lo hizo para finalizar los juicios en su contra y ceder la concesión a Anta del Plata.

Por todos estos años la firma Eco Desarrollo no abonó un peso de canon, pero su continuadora, Anta del Plata, a pesar de los acuerdos y los beneficios, sigue sin abonar canon alguno. O por lo menos eso es un misterio. De esos que nadie entiende ni prefiere hablar.