Icono del sitio Cuarto Poder

Sáenz y Olmedo: La Juntada

La juntada de Alfredo Olmedo y Gustavo Sáenz ha conmovido el escenario político y pone en duda la megalista de la que todos hablaban hasta la semana pasada. Fernando Yarade sigue captando intendentes y busca crecer en los medios. Las adhesiones presidenciales se relativizan por el voto electrónico pero ahora hablan de la vuelta al papel. Entramos en el tiempo de descuento y cada cual tendrá que descubrir sus cartas. (Salvador de la Calle)

Tras el anuncio de Gustavo Sáenz y Olmedo que integrarán el mismo espacio político, el temblor provocado en el tablero político provincial ha determinado a varios jugadores a mover sus fichas. 

La real noticia es que dos de los dirigentes de mayor peso en Salta se juntaron y que dirimirán sus diferencias en primarias o integrando fórmulas, o repartiendo candidaturas. Para muchos, Sáenz no resignará el primer lugar que tiene en las encuestas y se ha visto obligado a integrar en su sector a quien podría quitarle demasiados votos en la elección general; para otros Olmedo es quinta columna y ha comenzado a evidenciar que su histrionismo y su inestabilidad emocional pueden afectar cualquier alianza.

La teoría de la infiltración parte de varios indicios que hablan de que hasta antes de su lanzamiento presidencial, Olmedo había pactado con Urtubey y con Romero. Las apariciones del dirigente de la gorra amarilla en el Grand Bourg durante 2018, y su acuerdo judicial en la causa “Salta Forestal” sirven para alimentar especulaciones.

El factor sorpresa fue importante en esta presentación, aunque la desprolijidad manchó un poco la jugada. Olmedo no demoró más que horas para retractarse en el propio recinto del Concejo Deliberante y anunciar que en lugar de internas había fórmula cuyos espacios se dirimirán supuestamente por encuestas. La temeridad con que normalmente actúa Olmedo se transformó en una intención de arreglar en una mesa lo que no puede en las urnas.

La transversalidad de Romero

Por lo visto, el acuerdo no se limita a los dos postulantes a gobernador, sino que también comprendería a Juan Carlos Romero, quien habría pactado que será el candidato a senador nacional de ambos.

La movida de Romero abrió varias lecturas, entre las cuales sobresalen la posible bajada de Urtubey de su aspiración presidencial y el acotamiento de su expectativa a una senaduría nacional corriendo de ese espacio al exgobernador Romero.

La otra, que la posibilidad -cada vez más concreta- de que se restablezca el voto papel le garantice a Romero una tracción más directa en la sábana. El sistema de voto electrónico constituye un desdoblamiento de hecho que permite trabajar con alguna indiferencia por los cargos nacionales y eso es lo que le preocupa. Romero confía en que con el papel Olmedo y Sáenz le darían un segundo lugar -por lo menos- en la elección y, consecuentemente, renovaría su banca.

Adhesiones presidenciales

Sin embargo nada está dicho en materia de adhesiones presidenciales de los candidatos a gobernador de Salta. Romero anunció hace dos meses que apoyaría a Urtubey, y nadie ha descartado que Sáenz sea también candidato dentro de ese frente.

No obstante, el Intendente de Salta ha solicitado que le permitan llevar como candidato a presidente, además de Macri, a alguien del peronismo federal. Massa o Urtubey entran en esa variante. 

Hasta ahora los líderes de la estrategia electoral macrista no han abierto ese juego. Marcos Peña no aceptó tal posibilidad con el jujeño Gerardo Morales, quien desdobló la elección y se cortó solo. De no otorgarle la posibilidad a Sáenz de que colecte votos de otros sectores cuando Macri no pasa los 20 puntos en Salta, éste no tendría más opción que romper y quedarse en el peronismo alternativo.

La transversalidad de Sáenz

La posibilidad de que Sáenz aterrice en el Grand Bourg depende de varios condicionantes: 1) La amenaza de que restablecerán el voto papel. 2) El anticipo de que continuará la campaña sucia que busca implicar a los allegados del Intendente. 3) El acuerdo de más de 50 intendentes con Urtubey y Yarade, lo que le resta expansión territorial al intendente capitalino.

Entre el 1 y el 27 de Abril se definirá si vuelve el voto papel o seguimos con el sistema de boleta electrónica. El tema se discute tanto en los cafés como en las mesas políticas de alto vuelo. Lo que ha quedado al descubierto es que si se analiza el tema con seriedad y que el gobernador tiene la excusa: Los simulacros del Tribunal Electoral indican que un elector requiere al menos 4 minutos para votar las 9 categorías en disputa entre cargos nacionales y provinciales y con dos sistemas. Se necesitarían 20 horas para que votara el 75% de cada padrón de mesa que alcanza a 400 votantes. Solamente el español publicista de Urtubey se opone a esta idea que cuenta con la aprobación de casi todos los legisladores e intendentes oficialistas.

A Sáenz las operaciones mediáticas no le han hecho mella, aunque le llevan demasiado tiempo que debe invertirse en trabajo en el interior de la provincia y el diseño de un programa de gobierno. Se avizora una pelea de trolls que no le conviene a nadie pero que no solamente castigará al intendente sino a todos los actores políticos. De ellos depende que las difamaciones o verdades no se expandan.

En caso de que se produzca la megalista, Urtubey iría de presidente, Sáenz de gobernador, Isa de Diputado Nacional y Romero de Senador Nacional. La apuesta en este caso es al aparato, aunque el kilometraje de los candidatos hable más de mañas que de cambios necesarios. 

La incursión de Sáenz en este Jurassic Park podría garantizarle una victoria pero los condicionantes para su gestión serían inmensos, al margen de tener que ceder en las tratativas hasta su bastión capitalino. No sólo habría pérdidas de espacios o candidaturas, sino también de adhesión legislativa necesaria para la gobernabilidad; de afinidad política con intendentes y hasta de lejanía con una justicia que cada vez más opera en lo político. Demás está decir que dirigentes del PRO y de la UCR podrían quedarse en el camino para armar otra alternativa. Por lo visto, no todo está resuelto en las filas de Sáenz, pero su posible pase genera demasiadas suspicacias y dudas.

Oficialismo disperso y K’s locales

Los que se consideran urtubeycistas puros concentran sus expectativas en Fernando Yarade, aunque éste no sea un miembro originario. Por lo pronto “El Flaco” cuenta con la billetera provincial y ha relegado a Juan Pablo Rodríguez de los lugares de privilegio y de estrategia política. Sus adeptos sostienen que mide entre 4 y 6 puntos pero que multiplican por tres cuando computan a los intendentes a quienes les van tirando promesas de obras públicas. Sueñan que con voto papel y el aparato derrotarán a quien se le cruce.

Lejos de ellos están Miguel Isa o Javier David que sostienen posturas diferentes. El Vicegobernador, fiel a su estilo, confía en que puede vencer a Yarade en una PASO por ser éste un dependiente de Jorge Brito que nunca ha medido lo suficiente como para garantizar un triunfo. Además, sabe jugar en cualquier cancha y hablar todos los idiomas. Sabe que puede reducir sus apetencias a diputado nacional, un cargo que hasta ahora tiene como posible bendecido a Pablo Kosiner.

Javier David cada vez se acerca más al Oso Leavy y al Frente para la Victoria. Ha tenido claridad de diagnóstico y anticipó que el PJ y el kirchnerismo volverían a conformar un frente por necesidad. Sus visiones parecen tomar cuerpo luego de que en estos días removieran a Urtubey de un cargo institucional partidario del justicialismo, y comenzaran a poner en blanco sobre negro los derroteros del gobernador, a quien consideran un colaborador encubierto del macrismo. Aun así juega zigzagueante porque le sabe a poco la vice-gobernación con Leavy y porque sigue anidando la esperanza de ser intendente en un mega-acuerdo en el que estén sentados Urtubey, Romero, Sáenz y él.

Alrededor del Oso Leavy provocan alboroto también el camionero Jorge Guaymás y el Santiago “Indio” Godoy. El primero aspira a la diputación nacional y ha comenzado a quebrar su relación con Sáenz. La excusa es su incompatibilidad con el macrismo y el posible uso del carril Cambiemos por parte del intendente. Luego de sus 6000 votos en 2017 para la categoría de diputado provincial por Salta Capital, muchos lo ven como demasiado pretencioso. Esto sin contar con algunas situaciones personales que no lo han favorecido y su cercanía al siempre sospechado Hugo Moyano.

El “Indio” no deja de operar, como lo hizo toda su vida. Primero instaló la versión de que su hijo Lucas podría ser el candidato a diputado nacional por el kirchnerismo local. Las reuniones existieron, pero Leavy prefirió informar que no se trató de una propuesta de su parte. Apela a la necesidad de que el PJ se reconcilie con el Partido para la Victoria y ganen sustentabilidad. Se trata de un claro quiebre de quienes no ven perspectivas a un oficialismo al que le quedan un disminuido PARES y los detractores del kirchnerismo local que se concentraron en el sello de Memoria y Movilización.

En el curso de la semana, Miguel Nanni anunció que dará el inmenso desafío de competir por la gobernación. La realidad indica que, por lo bajo, continúa tensando la cuerda para lograr un acuerdo casi extorsivo que le renueve la banca de diputado nacional. Devaluado en su partido -al punto tal que muchos dirigentes han migrado al saenzismo y al urtubeycismo- confía en que podrá vender el sello de la UCR en una tratativa que también le garantice a Mario Mimessi la intendencia de Tartagal, y algunos espacios en capital. Sus mediciones no llegan a los 5 puntos y cobra de nuevo fuerza la lectura de que está contratado por el oficialismo para dividir a la oposición y garantizar que Yarade sea el próximo gobernador. Uno de los operadores de esta estrategia sería un hombre cercano a Romero y a Brito que fuera Ministro de Gobierno años atrás. 

La pelea por la intendencia 

La variada lista de candidatos a Intendente de Salta ha comenzado a pasar por el tamiz de la razonabilidad. Semejante postulación, según los gurúes, se reservará solamente para quienes alcancen mediciones de dos dígitos. En el sector de Cambiemos País Martín Grande ha anunciado en la intimidad de su frente que quiere ser el elegido. La escasa simpatía que despierta en la dirigencia, y hasta el odio que le profesa el romerismo lo van aislando de a poco. Solamente Alfredo Olmedo y Miguel Nanni podrían comprar ese proyecto, siempre que el diminuto periodista les garantice reciprocidades para sus proyectos personales.

Las mediciones de Grande superan ampliamente a cualquiera de los que integran el círculo íntimo del intendente Sáenz. A pesar de que se les otorgaron cargos de exposición, responsabilidad y firma autorizada para financiar políticas, no superan los dos puntos y obligan a que se alquile un candidato afín para garantizar a la estructura una sucesión. Guillermo Durand Cornejo sería uno de los bendecidos en acuerdos transversales, aunque necesitan la captación de votos en los estratos más humildes en los que filo-peronistas pueden trabajar con mayor comodidad. El acople de Adrián Valenzuela y de Matías Posadas podría arrimar votos de otros nichos y no se descuentan otras novedades en ese frente. 

En el oficialismo son dos los candidatos que podrían dar con el mínimo de medición. Por un lado se ha presentado a David Leiva con un potable candidato que en los dos últimos comicios ha superado la barrera de los 40.000 votos. Pobre de discurso y con un carisma exagerado, fue computado tanto por Yarade como por Leavy. También Javier David aspira a este sillón aunque su estrategia es plenamente palaciega. David superó los 100.000 votos en 2015 con todo el aparato urtubeycista a su favor y eso no es poco.