“Hoy la oposición debe ser construcción”, dijo el gobernador, en un acto de entrega de viviendas.

Gustavo Sáenz planteó el lugar que la oposición salteña debe ocupar para ser reguladora y crítica de los actos de gobierno, la llamó no solo a construir sino a aportar. “Hoy la oposición debe ser construcción”, dijo en el acto en el que 40 familias salteñas recibían sus viviendas, en El Quebrachal.
El contexto de esa frase tiene razones muy fuertes: el mundo atraviesa una pandemia, la provincia que él gobierna tiene una tasa bajísima de contagios y después de la cuarentena preventiva, ese era el primer acto de entrega de viviendas.
Sáenz se dirigió a las familias que recibían sus primeras casas pero a medida de que su discurso avanzaba, el interlocutor se amplió como suele hacerlo siempre pero en esta oportunidad tomó de alguna forma a todo el pueblo salteño como un testigo y puso el foco en la oposición. “Debemos cuidarnos entre nosotros, juntos; sin partidismos y sin mezquindades. Sin oportunismos, que solamente muestran las miserias humanas en momentos difíciles”. De esa manera, un Sáenz mucho más reflexivo pudo demarcar los lugares de la responsabilidad política y ética a cada uno: a los ciudadanos les pidió que se siguieran cuidando; a la oposición, el acompañamiento constructivo y dejó en claro estar dispuesto a modificar todo aquello que sea necesario cambiar.
“Cuando haya una crítica constructiva la voy a escuchar y llevar adelante”, dijo. Y acotó “Gracias al trabajo con los intendentes y al comportamiento responsable de cada uno de ustedes, hoy tenemos la posibilidad de flexibilizar, permitirnos hacer lo que otras provincias aun no pueden”.
Por otra parte, el mandatario resaltó que el enemigo común tiene un poder destructivo ante el cual las mezquindades políticas y los oportunismos son puertas abiertas y ese descuido se paga con “la vida y la salud de los salteños”.
Un discurso que inició invocando la providencia y al destino como parte de las circunstancias que vive Salta como el resto del mundo y finalizó con la fuerza de las decisiones y el poder de una comunidad política que debe estar a la altura de las circunstancias.