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S.O.S.

En el país hubo un femicidio por día durante abril. En Salta, en lo que va de 2017 hubo casi la misma cantidad de mujeres asesinadas que el año pasado. El Congreso nacional endurece las penas para los victimarios sexuales y de género. (Garrik)

Según publica el diario La Nación, a partir del 2 de abril, día en el que desapareció Araceli Fulles, la joven que fue hallada asesinada en la provincia de Buenos Aires el jueves pasado, hubo 26 mujeres víctimas de femicidio en igual cantidad de días en el país. Nuestra provincia, en lo que va del año, ya contabiliza ocho casos de femicidios, cuando durante todo el año anterior hubo once.

Las denuncias de violencia en el ámbito domestico crecen, y los feminicidios, que son la manifestación más extrema de violencia, también. Desde hace un tiempo a esta parte los números muestran un caso por día de mujeres muertas por razón de su género en el país, frecuentemente en manos de su pareja o ex pareja. También los denominados “feminicidios vinculados” que son los asesinatos cometidos contra terceras personas (en general niños) para dañar “indirectamente” a la mujer.

Un grave problema en Argentina es, además, la ausencia de estadísticas oficiales sobre femicidios. La construcción de las mismas es realizada por la organización civil La Casa del Encuentro, que cuenta con un observatorio que recopila de diferentes agencias de noticias y diarios los casos sobre femicidio.

Números que alarman

El Observatorio lleva adelante el registro de los casos publicados en las agencias informativas y en 120 diarios del país desde el año 2008. Contabiliza los homicidios de mujeres por razón de género, es decir, casos que no tienen que ver con robos, secuestros u otras situaciones de la llamada “inseguridad” urbana.

La ONG manifestó que desde el año 2008 hasta el año 2016 unas 2.384 mujeres fueron asesinadas, a pesar de que en nuestro país rige desde hace ocho años la ley 26.485, de protección integral para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra las mujeres en los ámbitos en que desarrollan sus relaciones interpersonales.

La entidad reclamó la sanción de una ley que quite automáticamente la patria potestad a los femicidas (tema que ya obtuvo media sanción de la Cámara de Diputados de la nación), que se garantice el patrocinio jurídico gratuito especializado en el fuero penal y civil para víctimas (cuestión que también se viene implementando) y la urgente implementación de un plan nacional para prevenir, sancionar y erradicar la violencia hacia las mujeres, como está previsto en la Ley 26.485, sancionada en 2009.

El Organismo también dio cuenta que durante el 2008 y el 2016 hubo 2.919 hijas e hijos que quedaron sin madre, mientras que las víctimas colaterales del Femicidio fueron 1.859 menores de edad, esto último se conoce como femicidio vinculado, es decir personas que quedaron “en la línea de fuego” del femicida o fueron asesinados para “castigar” a las mujeres.

Probation

El Senado de la nación dio media sanción a un proyecto de la senadora Cristina Fiore para eliminar del Código Penal el beneficio de la “Probation” para los delitos contra la integridad sexual y cuando medie violencia de genero.

La suspensión del juicio a prueba, conocida también como “Probation”, le permite al imputado de un delito, cuya pena no exceda los tres años, reparar el daño causado y evitar cumplir la condena en prisión. De esta manera se busca evitar las consecuencias negativas del encarcelamiento y arribar a sentencias en procesos de poca importancia en política criminal, ahorrando recursos al Estado.

“Creemos que esta posibilidad no es aplicable a los delitos sexuales por la gravedad de las secuelas que se observan en las víctimas de estas aberraciones y por el perfil del agresor”, indicó la legisladora, para luego agregar que “la introducción de figuras conciliatorias, en ciertos delitos, encubre el verdadero desprecio por los derechos fundamentales de las víctimas y la consagración de la impunidad de sus autores”.

Cabe destacar que, según los especialistas en el tema, el abuso sexual constituye uno de los traumas psíquicos más intensos y sus consecuencias son sumamente destructivas para la estructuración de la personalidad.

El problema

La violencia hacia las mujeres se basa en una relación desigual de poder, y se magnifica cuando se desarrolla en lo que conocemos como patriarcado, que es el sistema social de valores, creencias y costumbres en el que el hombre subordina a la mujer. En este sistema las relaciones de género son jerárquicas y desiguales, y es el que, lamentablemente, impera en nuestra región.

La agresión puede ser ejercida física, psicológica, sexual, económica y hasta simbólicamente. Este tipo de violencia la perpetra el grupo social dominante sobre el dominado sin hacer uso de la fuerza física, para imponer determinados valores, idiosincrasias y así condicionar las relaciones sociales. El grupo dominado usualmente desconoce o consiente esta imposición, por esto se dice que es la más peligrosa, ya que no siempre se percibe.

Este tipo de violencia se disemina como un virus, que si no es atacado a tiempo infecta a toda la sociedad y aparece en todos los ámbitos de nuestras vidas: en la escuela, en la familia, en el trabajo, etc. Y una de sus “vías de transmisión” más eficaces es la propaganda y los mensajes que se difunden en los medios masivos de comunicación, principalmente los audiovisuales.

A través de estos mensajes se suele difamar, injuriar, discriminar, humillar, y hasta promover, directa o indirectamente, la explotación de las mujeres, atentado contra la dignidad de las mismas. En todos estos casos se empieza a legitimar y a construir patrones socioculturales reproductores de la desigualdad lo que deriva en un ejercicio de poder agresivo hacia ellas.