Romero el eterno Senador: La venganza de «Miyagui»

 

Hacia dentro del oficialismo provincial rondaba la duda de cuando se cobraría la derrota de Bettina 2023. El futuro llegó hace rato y el entramado electoral para restarle fuerza a la Provincia está al rojo vivo.

 

El eterno Senador por Salta (alias Miyagui) viene trabajando sigilosamente en una estructura nacional y provincial que dinamite las pretenciones de una reelección de G. Ruperto para 2027. Las tratativas se intensificaron desde que empezó 2025 tanto con reuniones de los hijos como de varios de sus viejos asesores y punteros.

Juan Romero busca terminar con Gustavo Sáenz y el puntapié es derrotarlo en las elecciones de medio término. Para esto, El Romerato va jugar entrando en LLA y también diezmando las fuerzas oficialistas desde dentro.

El perfil bajo de Bettina y Juan Esteban “Kito” obedecen a una orden de papá a jugar por abajo hasta que llegue el momento. Pero no es solo una revancha por el maltrato electoral a la ex intendenta, hay una sed de gobernar en Romero que no puede soltar y para ello primero tiene que sacar a su ex pupilo y socio.

Una Alianza más

El acuerdo Juan Romero – Victoria Villaroel y Juan Romero – Martín Menem consiste en jugar las fichas contra la lista que elija Gustavo Sáenz y Emiliano Durand. Parte de la embestida contra el oficialismo local está en la distribución desigual de los ATN y fondos disfrazados para obra pública.

La estrategia de ahogar de a poco a la provincia y a la municipalidad se vuelve más clara cuando se compara con las partidas que reciben otras regiones electorales que migraron más el voto hacia Javier Milei. En cambio, Salta está teniendo unos movimientos tectónicos que desplazan dirigentes por izquierda y por derecha, sobre todo a la derecha.

Si bien los libertarios no confían en Romero, tampoco lo hacen con Sáenz, lo que termina siendo útil para el romerato y su estrategia de desgaste electoral. Hacia dentro del saencismo ya empezaron a mirar de reojo a todo aquel con pasado en el romerato, ya que incluso los más leales ahora, pueden ser traidores mañana.

Los frentes electorales vienen dandole la victoria cómodamente al gobernador salteño, pero el mapa político cambió desde 2023 y los partidos satélites ya no tienen el mismo valor. Para ganar esta vez, el oficialismo tendrá que superar la estrategia de abarcar la derecha y la izquierda, ante un oficialismo nacional que representa fielmente a la derecha mejor que nadie.

Las primeras alarmas se activaron entrado el mes de febrero con el desembarco de dirigentes que dejaron su partido o se lo llevaron puesto para jugar con LLA Salta. En paralelo la Provincia tiene tantos rivales políticos que le queda poco para echar mano y atraer en un posible nuevo frente.

Tampoco queda mucho espacio para contener a cuadros y dirigentes que no terminan de convencer de su poder de fuego electoral. Ante esto, hay una orden clara de empezar a exprimir a los que se sumaron entre 2021 y 2024 para que justifiquen sus acuerdos.

El 2025 es un año clave para pintar el panorama de lo que puede ser una elección ejecutiva dentro de dos años. La conversión de radicales, conservadores y otras ramas hacia LLA pone en la mesa hacia donde creen que irá el voto provincial, mientras que la izquierda y el “peronismo” salteño en todas sus formas no pueden acomodar una lista única, ni mucho menos ser competitivos.

Con esta distribución, el oficialismo tendrá que ganarle a todo el armado nacional, más las oposiciones de siempre. Ahí está el negocio de Romero, que desde su banca y buenas relaciones a cambio de su voto, fue ganando voluntades para este momento.

Los herederos

Dentro de LLA dieron por tierra la posibilidad de sumar a cualquier heredero de Romero a sus listas, incluso rechazando una cifra exorbitante y en dólares.

El problema del Romerato es que no tiene herederos fuertes electoralmente hablando, mientras que a Bettina la echaron con más de 17 puntos de diferencia, a Juan Esteban “Kito” no le da el porte ni para salir primero en diputados. Al mismo tiempo, el Senador Nacional ya no es nada joven y tiene poca pólvora para dos tiros.

La otra opción para Romero es ungir a otro para que desplace a Sáenz y las tratativas ya empezaron con LLA. Por su parte, los hermanos Milei no cierran las puertas a ningún acuerdo, ni mucho menos a dirigentes perdidos que quieren subirse al tren fantasma.

La carrera para posicionarse en la opinión pública ya empezó y promete dejar estrategias tan delirantes como las de Griselda Galleguillo (GG) o personajes aún más rancios.

En las redes los libertarios afirman tener la ventaja y después de la gran elección de 2023 hay una mística de superación y consolidación del espacio en la provincia. De repetir los números de aquellas elecciones, el oficialismo salteño estaría perdiendo 2 de cada 3 votos propios.

Las caras nuevas no son tan nuevas, lo que obliga a los partidos a reinventarse de cualquier manera. Del lado libertario hay más para estrenar y será otra ventaja para abatir contra “La Casta”.

Para Romero estás serán las últimas elecciones en las que puede inclinar la balanza, hasta 2027 pueden pasar muchas cosas, incluida la extinción de lo que conocemos como Romerato.