La entrega de unas tablets ha sido la ocasión aprovechada por el romerato para atacar acusando de corrupción a quien puede arrebatar a Bettina su deseo de repetir mandato. Consciente de su baja performance, la intendenta no tuvo mejor idea que utilizar el medio de la “famiglia” y la ayuda de otros satélites periodísticos, para defenestrar a quien pudiera y quiera enfrentarla. A meses de la elección que renovará autoridades, los números son cada vez más desfavorables para la jefa comunal. 

 

Como en sus mejores épocas de enfrentamientos contra el ex gobernador Juan Manuel Urtubey, diario El Tribuno le dedicó con mucha saña casi diez artículos a una entrega de tablets que protagonizaron el senador Emiliano Durand y el gobernador Gustavo Sáenz. El hecho no fue casual. A menos de un año de las elecciones, el mediático abogado sobresale como el favorito del electorado, un tema que asusta a la actual intendenta Bettina Romero quien ya anunció sus pretensiones de ir por un segundo mandato, pese a lo desastroso de su gestión. 

Esta inseguridad que despierta la figura de Durand provocó que el romerato se pintase la cara, habiendo encontrado una veta para batir al enemigo, según las propias palabras de los dirigentes que poco tiempo atrás obligaron a los empleados municipales a participar de un acto en donde se les dio claras instrucciones de cómo apuntalar la artilleria hacia esa dirección, so pena de perder sus trabajos: “el enemigo es Emiliano”, les dijeron y reiteraron. 

Carentes de estrategas políticos que les delineen alguna táctica, desde dos centros de operaciones, el CCM y Limache, no tuvieron reparos en llegar a salpicar groseramente al propio gobernador, sin tener en cuenta que la intendenta sólo podría repetir mandato de la mano de quien en 2019, la eyectó al poder en la capital. 

Tal como se esperaba, la campaña fue un boomerang que dejó a Bettina Romero anticipadamente al descubierto y frente a la evidencia de que no está en condiciones de retener la intendencia ni siquiera en el escenario más favorable. 

Consciente de su baja performance, la intendenta no tuvo mejor idea que usar el medio de la “famiglia” y la ayuda de otros satélites periodísticos, para defenestrar a quien pudiera y quiera enfrentarla. El panorama es bastante simple. Todas las encuestas a 9 meses de la elección que renovará autoridades son más que desfavorables para Bettina Romero. Las que encargó la misma intendenta la dan con una intención de votos que apenas roza los 12 puntos. Ni hablar de las que no son propias: apenas supera los 7 puntos, apenas alcanzándole para una banca de concejala. Pero los hermanitos Romero ya saben que no le alcanza ni para empezar a cubrir las expectativas del electorado. De hecho Juan Esteban realizó su campaña con un fuerte aparato político y económico y apenas ingresó arañando a la Cámara de Diputados. En esa misma elección, la intendenta consiguió una sola concejal como representante de su espacio, Soledad Gramajo, que tampoco hoy la acompaña. 

Las pocas personas que rodean con sentido común y algo de racionalidad a la intendenta le recomiendan que busque una salida digna, tal vez una banca nacional. Los más obsecuentes o los que en realidad no quieren quedarse sin el carguito público, dicen que enfrentarán a quién tengan que enfrentar, aunque algunos de ellos ya iniciaron conversaciones para saltar el charco.

El matutino dependiente-estatal y el olmedista Carlos ”Tombo” Zapata, que ya es considerado el mejor empleado de la famiglia han sido designados  para hacer el trabajo sucio.  Es preciso recordar que El Tribuno ya no es lo que era. Una tirada escasísima diaria y una web compiten sin pena ni gloria con una decena de medios en la provincia que hoy lo superan ampliamente. 

Carlos Zapata, quien llegó de la mano de Alfredo Olmedo a la política hoy cumple un rol, que genera que nadie lo tome en serio. Ni por el contenido de sus argumentos, ni por su dificultad al expresarlos, ni por sus desacertados chistes. Tan poco serio como sus denuncias en su carácter de diputado nacional, a vecinos que no limpian el excremento que dejan sus mascotas en las veredas.

Zapata, en su postura de paladín de la moral y la ética, no es la primera vez que presta sus servicios para dilapidar la figura del gobernador de Salta, para quien es casi una obsesión. Se reconoce afín al romerato y calla a la hora de pedir que la justicia avance con causas como La Ciénaga, el Hangar, o la conducta del senador Juan Romero de evadir escudado en el Congreso su comparecencia ante la justicia. Nada dice que han pasado 16 años desde que su aliado dejó la gobernación con varias denuncias en su haber y ninguna foto en los pasillos de la Ciudad Judicial, a diferencia de la mismísima Cristina viuda de Kirchner a quien se la pudo retratar en los estrados judiciales.

Tampoco le interesa que pasó con las obras que no se hicieron y los créditos que se tomaron para el Fondo de Reparación Histórica o el fondo del Bicentenario, con una cifra que rondaba los 400 millones de dólares. No, a Zapata sólo le preocupan unas cuantas tablets entregadas a ciudadanos comunes. 

La evidencia mas clara del golpe artero perpetrado por el clan, son las pintadas en la ciudad con la inscripción Bettina 2023.

Aprietes con la pauta

Si hay una característica que no se puede negar de la gestión de Bettina es el autoritarismo y la falta de diálogo. Esta semana, le sacó chispas a su teléfono personal, la secretaria de Prensa municipal Valeria Capisano de Maza, llamando a medios grandes, medianos y pequeños para imponerles el material del “tabletgate”. Los menesterosos de siempre, accedieron al convite y para tapar su corruptela contratacaron a colegas mas avezados, que no se prestaron al juego mediático.  Dicen que los pocos que se negaron a esta campaña, sufrirán la suspensión de pautas.

Con operaciones de dudoso nivel intelectual y de carrera ascendente, Capisano de Maza decidió inmolarse a lo bonzo por lealtad a la “dotora”.

 

Furgón de cola for ever

Sergio Oso Leavy nunca se caracteriza por los papeles protagónicos. Es el chico que le toca hacer de árbol en los actos de inglés. Pero sabido es que comparte algunos intereses econóicos con el romerato en el norte de la provincia. Son viejos conocidos. 

 Fue así como designó a su ex secretario de Gobierno en Tartagal, el actual diputado Franco Hernandez Berni a indignarse con el tablet gate en sus manifestaciones en el recinto. El muchacho quizas es demasiado joven para recordar el escándalo nacional generado cuando una colaboradora de extrema confianza de su jefe político se quedó con un aire acondicionado destinado a una escuela y fue descubierto por el programa CQC. ¿De Sueños Compartidos? Mejor ni hablar.

Tampoco se lo vió indignado al legislador provincial por la usurpación de un galpón con  falsificación de firma incluída, que avaló Leavy con su presencia en los últimos días. En este caso, y tal como es su costumbre, el diairo de la famiglia procedió al uso y descarte, dejando al Oso culo pila.  

 

La casa no está en orden I

El slogan del gobierno de Juan Romero se apoyaba en el slogan “Orden, Trabajo y Producción”, y Romero se apoyaba a la vez en dos estretagas: Angel Torres y Victor Manuel Brizuela. Es así como podía darse el gusto de treparse al helicóptero y evitando el contacto con la gente, señalar qué obras quería y dónde las quería. Sin “Trabajo”, sin “Producción”, y sin “Ideas”, Bettina intenta emular a su padre basándose en la consigna del “Orden”, aunque eso cueste sacrificar a centenares de salteños que intentan llevar el pan a casa con la dignidad de su trabajo.

Criada entre algodones, la intendenta sólo se acerca a los pobres y necesitados para la foto, mientras que por otro lado manda a apalear con complicidad de la policía, a quienes osan desordenar lo poco que logra administrar: las peatonales y la Plaza 9 de Julio. Manteros, vendedores ambulantes, artistas callejeros, todos son corridos por la patrulla de inspectores municipales desesperados por ver su foto en el cuadro del empleado del mes, porque otra retribución no hay.

Los continuos desaciertos y la falta de empatía de la intendenta la hace tomar medidas que van siempre contra el ciudadano. Sin ir mas lejos pese a la crisis que se vive en el pais, prefiere ignorar  el movimiento económico que puede generar para cientos de vendedores ambulantes, la fiesta del Milagro (después de dos años sin Procesión) negándoles la presencia habitual en el Parque San Martín, ahí cerquita de los feligreses.

Familias que se quedan sin la oportunidad de hacerse de unos pesos (que cada vez cuesta mas), dándoles la inviable opción de destinarlos a un lugar alejado como lo es el Campo Histórico La Cruz, a donde dicho sea de paso, los vecinos comienzan a cansarse de ser tratados como ciudadanos de segunda, a quienes les mandan todo lo que pueda afear el “ordenado” centro de la intendenta. 

 

La casa no está en orden II

Puertas para adentro del CCM es vox populi que Bettina Romero perdió el control. No es la que manda. Solo un grupo de funcionarios de tercera y cuarta línea reconocen su liderazgo pero de ahí no surge ninguna iniciativa mas que la de asegurarse el sueldo a fin de mes.

Los que asomarn su cabeza son Aroldo Tonini, quien se mantiene en el municipio por lealtad al ex gobernador y no a la hija de quien tiene el peor de los conceptos; y la renovadora Susana Pontussi, quien tampoco responde a la intendenta. Al que no le da ni para estirar el cuello para afuera del CCM, es al Procurador Miguel Angel Torino, quien pese a su contundencia corpórea, se mueve cual gacela para que nadie se acuerde de él y de paso, que a todos los palazos los ligue el Secretario Daniel Nallar. 

Hoy por hoy, el gabinete está fracturado, y la situación parece ya no tener arreglo. Es un ciclo cumplido repiten algunos con cierta resignación. 

El 2023 es clave 

La elección del año próximo no solo pone en juego la intendencia de la Capital, sino también el poderío del romerato que saben que sin el apoyo de Gustavo Sáenz, están condenados. Es por eso que llama la atención la desprolijidad e improvisación a la hora de moverse en el tablero político.

 Es una de las elecciones más importantes que la familia tendrá en su historia.

 Si Bettina Romero llega a perder, también pondrá en duda la banca nacional que ocupa Juan Romero, quien tiene que buscar renovar en el 2025, para no perder los fueros y el poder. No vaya a ser que la justicia se despierte y decida desempolvar sus temas pendientes.