Robo con patas chuecas: Lo delató su andar de pingüino

 

Creyó que una máscara lo haría irreconocible. Pero se olvidó de algo: las cámaras de seguridad tienen ojos… y memoria muscular.

Jueves, 5 de junio de 2025, 02:22

En una muestra más de que el crimen no siempre paga, pero sí hace el ridículo, un ex trabajador de una empresa minera en la zona de San Luis fue detenido tras protagonizar un robo tan previsible que parecía guionado por una sitcom. El sujeto, identificado como Manuel “Chueco” García, de 28 años, pensó que bastaba con cubrirse el rostro. Lástima que no se le ocurrió encubrir también su forma de caminar, que es tan particular como una firma en 3D.

La detención, concretada por la Brigada de Investigaciones, se produjo luego de allanamientos en los barrios Atocha y Sarmiento, donde el “Chueco” intentaba mantener un bajo perfil. El mismo que perdió cuando apareció en las cámaras de seguridad caminando como él solo sabe hacerlo, con las piernas arqueadas y una campera igualita a la de su antiguo trabajo. ¿Coincidencia? No lo cree ni su abogado.

El robo ocurrió el 15 de abril por la noche. El “Chueco”, que conocía la empresa como su casa —porque efectivamente había trabajado ahí—, organizó el golpe junto a dos cómplices, que ahora están prófugos pero, si comparten su nivel de discreción, no tardarán en caer. Con la seguridad que dan la ignorancia y el exceso de confianza, García se paseó por la empresa disfrazado… de sí mismo: misma ropa, mismos movimientos, misma torpeza. Solo le faltó firmar la escena del crimen con una selfie.

Las cámaras lo mostraron transportando microondas, herramientas y otros objetos robados como quien traslada los canelones del domingo. Lo único que no cargó fue un poco de sentido común. Y claro, la Policía no necesitó CSI: con ver dos segundos de video, ya sabían que era él. La máscara, al final, solo sirvió para que se ahogue un poco más.

Durante los allanamientos, se secuestraron varios de los objetos robados y algunos otros que podrían sumar a la causa. Su casa actual, ubicada en San Lorenzo, también fue requisada. Allí, el “Chueco” ofreció la mejor coartada del año: “Ese no era yo, era otro chueco”. Porque, claro, en Salta hay una fila de gente con la misma campera, mismo apodo y misma forma de caminar.

Mientras tanto, sus cómplices siguen prófugos y son buscados en el Valle de Lerma. El “Chueco”, por su parte, permanece detenido y será imputado por robo calificado en poblado y en banda. Aunque también podría ser imputado por subestimar descaradamente a las cámaras de seguridad… y a la inteligencia humana.