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¿Restricción o permiso para la impunidad?

Los uniformados en la mira por presentaciones para investigar brutalidad en procedimientos.

La falta de conciencia durante esta cuarentena ha logrado enojar a más de un político. Alberto Fernández dijo que buscaría él mismo al primero que se hizo famoso por romper la cuarentena y golpear a un encargado de edificio que solo cumplía con su deber y Gustavo Sáenz trató de imbéciles a quienes no acatan las medidas impartidas para frenar el Coronavirus. La Policía salió a las calles para hacer cumplir esta medida que lejos de provocar molestia, nos está cuidando. Le tocó lidiar con gente que no entiende los alcances de esta medida y la necesidad hacerla cumplir para el bienestar de todos.
Caso aparte son las personas que a pesar de lejos de querer estar en las calles en estos días, lo hacen pero por cumplir un deber con las personas que los esperan y necesitan. Es el caso de quienes se desempeñan en el merendero “Carita Feliz” del Barrio 26 de Marzo, que adaptaron su modalidad de trabajo a las medidas de aislamiento social obligatorio y preventivo. Reduciendo al mínimo los compañeros que trabajan y repartiendo la merienda solo a los padres, distancia y rápidamente para que todos puedan volver a sus casas cuanto antes.
En la jornada del lunes, cuando estaban repartiendo la merienda, los responsables del merendero vieron llegar a 5 motos llevando a 2 policías cada una. Frenaron y se dirigieron directamente a quien estaba repartiendo las raciones de arroz con leche. Lo tiraron al piso, lo esposaron y lo golpearon, diciéndoles a todos los testigos presentes que no se cumplía el aislamiento social.
En ese mismo momento y por reacción nerviosa debido a lo que estaba viendo, otra de las responsables del merendero se desmayó y comenzó a convulsionar. Los vecinos salieron corriendo al ver la situación. El resto de los responsables le pedían a los policías que se identifiquen, pero eso no pasó. Le quitaron las esposas a la persona que estaba tirada en el piso y se retiraron sin siquiera mirar a la persona que convulsionaba. Este es el relato de Rodrigo García que plasmó esta triste historia en una carta para el gobernador Gustavo Sáenz.
“No es este el camino, gobernador, al coronavirus los argentinos los vamos a vencer con inteligencia, no con armas o de forma violenta”, expresó García en su misiva, agregando que para garantizar la cuarentena es necesario garantizar el alimento en las casas de todos. Que el 50% de la población no tiene para comer y no se va a quedar en casa de brazos cruzados. “Si usted no tuviera para comer, seguramente haría lo mismo”.
Las organizaciones sociales, garantizan los alimentos a miles de familias durante todo el año. Conocen la realidad de su sector y saben dónde están los más vulnerables. Y en este momento de aislamiento, son más que importantes para que esta población vulnerable pueda cumplir con la cuarentena, que en tiempos de pandemia y con su alimentación precaria, son los más propensos a caer. (N.J.)