“No puedo seguir tolerando el escarnio público ni la extorsión privada, es difícil gestionar atada de pies y manos”, dijo la ex funcionaria y aclaró el carácter indeclinable de su renuncia.

Sabrina Sansone deja el principal cargo en Cultura, el cual ocupaba desde que Gustavo Sáenz asumió como gobernador en diciembre de 2019. 

“Voy a concentrarme en el desarrollo de una serie de proyectos personales y seguiré colaborando en lo que pueda”, comentó a Opinorte.

El tono de su carta de dimisión deja en evidencia que su paso por el área de cultura no fue precisamente sencilla y que su relación con gobierno nunca fue buena sino apenas profesional.

Entre los motivos destaca que “se acabó mi tolerancia a las extorsiones y condicionamientos de sectores que solo piensan en el beneficio propio por encima del bien común, del mejor bienestar de todos los salteños”.

“Se acabo ver como se malgasta el erario público en gente que no valora su trabajo y que le hurta el dinero a todos los Salteños sin ningún tipo de remordimiento o culpa y mucho menos aun amor o voluntad a trabajar”, resaltó y sostuvo: “no puedo seguir tolerando el escarnio público ni la extorsión privada, es difícil gestionar atada de pies y manos”.

“Se agotó el tiempo de persecuciones y ser juzgada y quemada en la hoguera por mi condición de mujer como si Salta estuviera estancada en el medioevo y la caza de brujas o inquisición no solo estuviera bien vista sino avalada desde el poder”, subrayó.

Y acotó: “Soy Sabrina Sansone, mujer, y artista, profesora nacional de danzas clásicas y contemporáneas, Secretaria de Cultura, pero ante todo soy Sabrina Sansone una mujer Libre; no concibo la vida en general ni mi vida en particular en un estado de perseguida o condicionada, las mujeres somos Libres y mi dignidad y convicciones no se negocian, ese es mi límite”.