M. tiene 13 años y vive en Tandil. Cuando volvía de una fiesta a la madrugada la atropelló una combi, en el hospital los médicos notaron que tenía signos de abuso sexual. La justicia y algunos medios hablaron de “relaciones consentidas”; de los responsables apenas trascendió un nombre sin apellido. 

M. tiene 13 años y vive en Villa Aguirre, uno de los sectores más vulnerables de Tandil. El barrio ni siquiera tiene escrituración y está construido a pocos metros de la ruta 226 que atraviesa la ciudad. Hace dos semanas, la invitaron por Facebook a ella y a sus amigas a una fiesta privada en una casaquinta. Cuando las otras se fueron, la nena se quedó con un joven de 20 con quien había estado toda la noche. A la madrugada la atropelló una combi y cuando la llevaron al hospital los médicos notaron que tenía signos de abuso sexual. La justicia y algunos medios hablaron de “relaciones consentidas” y mostraron fotos de la nena internada; de los responsables apenas trascendió un nombre sin apellido.

La justicia y algunos medios hablaron de “relaciones consentidas” y mostraron fotos de la nena internada; de los responsables apenas trascendió un nombre sin apellido.

A los 13 la nena fue víctima de la violencia machista y mediática desde que la noticia se conoció la semana pasada. “Repudiamos todo tipo de publicaciones que desconozcan el derecho a la identidad de la nena. Esto sólo pasa en las clases sociales más bajas”, dijo a Cosecha Roja Juliana Zassino, miembro de Convivencia en Diversidad de Tandil. Entre las versiones falsas dijeron que se había muerto, que se quiso suicidar cuando despertó del coma y que le quisieron robar mil pesos antes de que la atropellara la combi en la ruta.

Cuando se despertó del coma, M. gritó “me violaron todos”. Después tuvo un ataque de nervios y quiso sacarse las sondas. Así lo contó el abogado Maximiliano Orsini a los medios de Mar del Plata, donde la nena está internada. Esta mañana un medio de Tandil publicó la versión de una médica que desmintió -sin confirmación- lo que contó Orsini: dijo que la nena se recupera bien y que no habló del abuso. En otro portal todavía se puede una foto de ella acostada en la camilla del hospital. Eso sí, con la cara borroneada. Y el viernes, durante varias horas, Clarín tuvo en su web una nota titulada “Creen que la nena atropellada en Tandil tuvo ‘relaciones consentidas’”. “En vez de apoyar a la familia, insisten con noticias exageradas y mentirosas. El caso es delicado y en vez de tratarlo con respeto, prefieren optar por el morbo”, dijo Zassino.

La versión de los medios y del fiscal es que M. fue a la fiesta con amigas y la prima y cuando ellas quisieron volver, ella “prefirió” quedarse con Lucas, un chico más grande que conoció esa noche. Según la Justicia, “era un cumpleaños, no había más de 20 personas”. A las siete de la mañana, un amigo de su hermana que también estuvo en la quinta la quiso acompañar a su casa: era Juan Cisneros, de 26 años. Caminaban por el asfalto de la ruta 226 cuando una combi no pudo esquivarlos. Él solo sufrió un corte en la cabeza; a ella, el espejo retrovisor la golpeó en la nuca. Cuando llegó en coma al hospital los médicos encontraron en su cuerpo otras lesiones que no tenían nada que ver con el accidente de tránsito: tenía signos de abuso sexual. El sábado despertó en el Hospital Materno Infantil de Mar del Plata, a donde fue trasladada por la gravedad de sus heridas.

En una entrevista con Cosecha Roja el jueves, el fiscal Gustavo Morey validó el testimonio de Lucas y se apoyó en él para sostener el consentimiento en las relaciones sexuales. “Si las chicas estaban en la fiesta era responsabilidad de los padres”, dijo. También cuestionó que los medios hablaran de violación y aseguró que el accidente no tenía relación con el caso. De hecho, las organizaciones de Derechos Humanos denunciaron que el Municipio tardó en brindarle ayuda a la familia, que la fiesta no estaba habilitada y que se separaron las causas. La del atropello en la ruta está postergada, ni siquiera secuestraron el vehículo que los embistió. El círculo íntimo de M. sospecha que el fiscal encubre a los responsables y “apoya a la delincuencia”.

 

*Según la ley 26.061 de Protección Integral de los Derechos de Niños, Niñas y Adolescentes, está prohibido vulnerar la dignidad. Los medios de comunicación no pueden exponer la vida privada de M. ni difundir imágenes e información que puedan identificarla directa o indirectamente.

Fuente: Cosecha Roja