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Recursos Minerales: Autorizar el saqueo

Las inquietudes de los evaluadores que eligieron la terna para un nuevo juzgado de Minas y en lo Comercial deja en evidencia qué perfil se está buscando: alguien que absorba la presión por aprobar la explotación del litio a favor de capitales extranjeros. (Nicolás Bignante)

La convocatoria a concurso público para ocupar el cargo de Juez de Minas y en lo Comercial de Registro, ya tiene a sus ternados, según consta en la resolución N° 1365 del Consejo de la Magistratura. Sergio Luis Arias Cataldi, Gonzalo Javier Castañeda Nordmann y María Victoria Mosmann son los candidatos a presidir el juzgado; cuyas competencias son claves en el funcionamiento de la actividad minera en Salta. El otorgamiento de concesiones de explotación minera, el establecimiento de las indemnizaciones que correspondan a los propietarios por los daños causados durante la exploración y el mantenimiento de los registros de actividad minera, son algunas de las atribuciones de este juzgado.

La selección de los postulantes coincide con los anuncios pomposos que desde el Gobierno provincial vienen haciendo respecto de la llegada de inversiones extranjeras interesadas en el litio, sustancia considerada como “Oro blanco” y de abundante presencia en los salares de la puna salteña. Basta con echar un pequeño vistazo a las entrevistas orales que dieron los postulantes ante los miembros del Consejo de la Magistratura, para evidenciar que el tema del litio está muy presente cuando se trata de tomar decisiones judiciales sobre la actividad minera.

Preguntas ficticias, no tan ficticias

María Inés Diez, representante del Ministerio Público, mira fijamente a Sergio Arias Cataldi, imagina un escenario ficticio y lanza el interrogante: “A usted le llega una denuncia de que, en la puna salteña, en una explotación minera, están derivando el agua que utilizan hacia Chile. ¿Usted se trasladaría hacia el lugar? ¿Mandaría a alguien? ¿Haría que le traigan un informe?”. El postulante se toma unos segundos y responde: “Yo asistiría personalmente, en ejercicio de mis facultades, a verificar cuál es el problema. Porque también hay mucha gente mal intencionada eventualmente”.

A la concursante Dolores Alemán Ibáñez, la consejera le planteó un interrogante en base a un escenario todavía más pintoresco:

La postulante no quedó ternada.

Con María Victoria Mosmann fueron todavía más específicos. En esta ocasión quien pregunta es Abel Cornejo, presidente del Consejo de la Magistratura:

Mosmann, una de las que obtuvo mejor puntaje, estuvo señalada el año pasado tras presentarse a concursar por el cargo de juez de la Cámara de Apelaciones en lo Civil y Comercial. En aquella oportunidad se supo que, tanto ella como María Alejandra Gauffin, conocían de antemano el fallo que se utilizó como ejemplo para el examen. Las denuncias derivaron en amparos y la Corte Suprema ordenó que el polémico concurso se rehaga.

Las preguntas de los integrantes del consejo, que se reiteraron a lo largo de las 12 entrevistas, parecen presagios de situaciones futuras: amparos, manifestaciones y preguntas de la prensa. Quien ocupe el cargo deberá estar preparado para afrontar esas situaciones.

El otorgamiento de concesiones de explotación minera, el establecimiento de las indemnizaciones que correspondan a los propietarios por los daños causados durante la exploración y el mantenimiento de los registros de actividad minera, son algunas de las atribuciones de este juzgado.

El boom del oro blanco

En el territorio provincial hay casi 900.000 hectáreas para la extracción de litio que explotan varios emprendimientos mineros de capitales foráneos. Entre los más destacados se encuentra el del Salar del Rincón a cargo de la firma canadiense Enirgi Group y considerado el más grande del mundo. La francesa Erament, por su parte, tiene proyectada una inversión de U$S 400 millones en los salares Centenario – Ratones para este año. Por otro lado, la coreana Posco, prevé comenzar a operar en dos plantas donde se procesará el material extraído del salar de Hombre Muerto, en la puna salteña. La inversión rondaría los U$S 450 millones, según difundieron los partes oficiales luego de la reunión entre los asiáticos, el gobernador Juan Urtubey y la ministra de Producción Paula Bibini.

Desde las esferas del poder son conscientes desde hace tiempo que el boom del litio llegó para quedarse. A eso concretamente parecía referirse el mandatario provincial cuando propuso equilibrar las cuentas fiscales “fomentando la inversión y la producción”; maniobra que, además, le sirvió para establecer límites con el ajuste dispuesto desde la Casa Rosada.

Ahora bien, los estudios e informes sobre el impacto ambiental de la extracción de litio han proliferado en los últimos años, al mismo ritmo en que lo hicieron los emprendimientos mineros dedicados a esa actividad. Según se desprende del informe “Megaminería en el altiplano de Catamarca” -Marconi, Clark, Arengo y Genovese; 2017- para la obtención de una tonelada de este material en el llamado “triángulo del litio” -que comprende áreas de Salta, Jujuy, Catamarca y Chile- se necesitan 2.000.000 litros de agua. Si tomamos como referencia los tres proyectos citados anteriormente y la producción anual proyectada por las empresas, el cálculo es estratosférico: 95 mil toneladas anuales de litio, sólo en tres emprendimientos.

El procedimiento de extracción deja muy en claro esta realidad: “Se realizan pozos dentro de los salares y se extrae la salmuera que es una solución sobresaturada. Después se la vuelca en unos piletones de evaporación. El resultado es que tendremos salares cada vez más secos, como ocurre en Chile. Se trata de humedales donde el agua cumple un rol fundamental para la fauna y los sistemas microbianos” explicó a Cuarto Poder Enrique Derlindati, doctor en ciencias biológicas.

La publicidad oficial -con su respectivo rebote en los medios tradicionales- habla de desarrollo productivo y de la creación de cientos de puestos de trabajo; panorama que contrasta fuertemente con la realidad de algunas plantas de extracción que ya están en funcionamiento, como la de Hombre muerto, donde hoy trabajan cinco operarios o la de Llullaillaco, manejada por una veintena de hombres.