Cuarto Poder dialogó con el presidente saliente de Aguas del Norte, Lucio Paz Posse, sobre las cuentas de la empresa, los procesos licitatorios, el acceso al agua potable en el norte y las obras a nivel provincial. Aquí un balance de sus dos años al frente de la empresa de agua y saneamiento. (Nicolás Bignante)

 

En los organismos descentralizados y entes autárquicos la transición comenzó el pasado miércoles y entre las instituciones que deben concretar el traspaso de mando está nada menos que Aguas del Norte. En esta charla, su presidente Lucio «pino» Paz Posse, realiza un balance de sus dos años de gestión: Las cuentas de la empresa, las obras en la capital y el interior, el acceso al servicio, los pedidos de auditoría, los procesos licitatorios y las redeterminaciones de precios.

 

¿Con qué se encontró cuando ingresó a Aguas del Norte en diciembre de 2017?

 

Ingresé con una empresa que tenía un problema económico/financiero muy importante, habida cuenta de que su gasto mensual arrojaba un déficit operativo de 23 millones de pesos. Recibía un subsidio de la provincia de 17 millones y medio, y quedaba un pasivo que había generado una cuenta acumulada de 300 millones pesos entre pago a proveedores y deudas con contratistas. Lo que hicimos en ese momento fue empezar a trabajar con una lógica diferente, con un directorio participativo, con un representante del foro de intendentes, del ejecutivo y de los trabajadores. En lugar de licitar obras, generamos convenios utilizando la capacidad operativa de cada uno de los municipios. De hecho, llegamos a firmar más de 200 convenios con los municipios con obras puntuales en las que Aguas del Norte provee los materiales y la dirección técnica, y los municipios ponen la mano de obra y la maquinaria, en caso de corresponder.

También trabajamos con la re-licitación de todos los servicios tercerizados y rápidamente bajamos los costos operativos en ese sentido. Si bien Aguas del Norte recibía un subsidio de 17 millones y medio, en ese momento Salta se sumaba al pacto de responsabilidad fiscal, que dentro de los parámetros que establecía, las empresas de servicios públicos no podían recibir subsidios. Entonces hubo un incremento de la tarifa a los efectos de sustituir ese subsidio. Nos ordenamos financieramente y en poco tiempo pudimos encontrar el equilibrio. En cinco meses ya no recibíamos ni un centavo de la provincia y pudimos avanzar en obras que estaban inconclusas. Reemplazamos la contratación de camiones cisternas e incorporamos equipamiento. Cuando asumí había un solo camión desobstructor de cloacas y se alquilaba el resto. Hoy tenemos siete camiones incorporados al servicio. Eso nos permitió bajar muchísimo el costo operativo.

Hoy quienes reciben la empresa la encuentran con toda la previsión para poder pagar los salarios, el aguinaldo y los certificados de obra. Creo que cuando hay voluntad política y se trabaja con toda la capacidad de estado se puede hacer una gestión eficiente.

 

El Fondo de Inversión Operativa motivó incluso un pedido de auditoría ¿Qué balance se puede realizar de la utilización de esos fondos?

 

La verdad que se aplicó correctamente. Uno lo que ve es que cuando hace, genera muchas críticas. Llegaron a decir que se desviaron fondos y la verdad que si hay algo que yo trato de cuidar es la honorabilidad y de trabajar eficientemente como servidor público. Ese fondo tenía previsto para el 2018 y parte del 2019, unos 124 millones de pesos. Nosotros generamos obras de inversión operativa por más de 216 millones de pesos y lo rendimos al Ente, más allá que no estaba entre nuestras obligaciones. Ese fondo es para usuarios del servicio, ahora ¿quién es usuario? Para algunos tecnócratas es quien paga la factura. Pero si le estamos brindando el servicio y hay un costo para la empresa, para mí es usuario. Puede ser regular o irregular. Eso pasó en la ruta 51. Nosotros regularizamos y esa obra se rindió en el Fondo de Inversión Operativa. De los más de 200 millones que nosotros rendimos, el Ente Regulador cuestionó 43 millones. Habíamos rendido mucho más de lo que ese fondo establecía porque habíamos hecho una gestión eficiente y pudimos invertir más.

 

¿Esos fondos se recaudaron exclusivamente con la tarifa?

 

Si, claramente. ¿Cómo lo optimizamos? Por ejemplo: si yo a una obra la tengo que licitar, vale un millón de pesos, pero en materiales tengo 200 mil pesos más. El municipio ya tiene los trabajadores a los que les paga, tienen las retroexcavadoras, etc. Es una capacidad operativa que tiene el estado en todos sus niveles. Entonces nosotros aprovechamos eso. Nos permitió tener una actividad muy intensa en cada punto de la provincia y terminar acueductos como El Acay que había estado mucho tiempo paralizado o las plantas depuradoras de Pichanal y Colonia Santa Rosa que están próximas a finalizarse.

 

Las licitaciones de Aguas del Norte, como sabemos, se realizan por aparte de las de la provincia. ¿Qué formas de seguimiento tiene el ciudadano de la transparencia de estos procesos?

 

Aguas del Norte es una sociedad anónima donde el capital mayoritario es del estado en un 90% y el 10% restante es de los trabajadores en una sociedad participada. Nosotros lo que hicimos para darle mayor transparencia es, por analogía, aplicar la ley de contrataciones. Si vos mirás jurídicamente, una sociedad anónima se rige por el derecho privado y tiene mecanismos más inmediatos de contratación. Si hoy se reventara una electrobomba y tuviéramos que hacer un proceso de contratación según los términos de referencia del estado provincial, demoraríamos dos meses y a la bomba hay que comprarla de manera inmediata. En todo caso donde no haya una urgencia se aplica la ley de contrataciones del estado y buscamos la mayor transparencia posible.

 

En el caso de las redeterminaciones de precios, que han sido varias por el proceso inflacionario ¿Quién asume los costos?

 

Todo depende del organismo de financiamiento. Por ejemplo, el acueducto que viene desde Campo Alegre hasta Barrio el Huayco que inauguraremos dentro de pocos días, es una obra que tiene financiamiento internacional de la Corporación Andina de Fomento. Esa obra se licitó en $704 millones y yo estimo que va a terminar en $2400 millones. Ahora si uno mira el presupuesto original de la CAF, era de 42 millones de dólares y va a terminar saliendo eso al tipo de cambio que tenemos a la fecha. La inflación va acompañando. La ley que se aplica es también la ley de contrataciones y establece saltos cuando los índices de inflación se mueven más allá del 5%. La inflación interanual de agosto a agosto nos dio 58% y también tendríamos que haber aplicado un aumento de tarifas, pero hicimos todo lo posible para que eso no afecte el bolsillo del ciudadano.

 

Cuando hablamos de cuentas equilibradas ¿hacemos referencia a que hoy Aguas del Norte se sostiene con la tarifa concretamente?

 

Solamente con la tarifa, no recibe ningún tipo de subsidio. El estado provincial otorga subsidios a personas que no pueden pagar la boleta, a organismos sin fines de lucro, a la iglesia, clubes deportivos, etc. Eso lo establece el Ente y el estado provincial se hace cargo de pagar esos subsidios. En su momento la empresa también recibió un aporte de la provincia que se va compensando.

 

El acceso al agua potable sigue siendo un problema grave en departamentos como Rivadavia o San Martín ¿Se ha avanzado en esos territorios?

 

En Rivadavia se trabajó muchísimo. De hecho en La Unión inauguramos un nuevo pozo con una planta de ósmosis y una planta depuradora. También en Los Blancos. En el departamento San Martín estamos trabajando en el acueducto Yacuy, faltan 600 metros nada más. Hay una gran inversión pública. De hecho hoy Salta tiene un nivel de abastecimiento de agua potable por redes del 91% y la media nacional está en el 82%. Con respecto a las inversiones de cloacas, hemos llegado a un 84% y la media nacional está en 54%. Nos falta muy poco, sobre todo en parajes rurales. Si hay mucho conflicto con los desarrollos inmobiliarios que no tienen control, donde hay un privado que hace un loteo y no realiza las obras de infraestructura. En general se ha trabajado mucho en llevar las redes de agua a todos los lugares, también a los asentamientos.

 

Entre los objetivos planteados cuando llegó a la empresa estaban optimizar el servicio y mejorar la capacidad de respuesta ¿Considera que son metas alcanzadas o todavía falta?

 

Se avanzó muchísimo. Poder lograr un sistema que funcione a la perfección es muy difícil. Nosotros tenemos entre 1000 y 1200 intervenciones en la vía pública mensuales para reparar pérdidas de aguas o problemas de cloaca. Se mejoró y se avanzó muchísimo, pero siempre falta un poco más. Encontré una empresa con un problema económico y un déficit financiero y hoy está equilibrada. Hemos podido finalizar muchas obras, dar respuestas a la gente, estamos trabajando en la calle en el día a día y creo que eso es lo que vale.

 

Después de haber participado en las elecciones provinciales ¿Se imagina ocupando algún rol en la política a partir del 10 de diciembre?

 

Uno cuando trabaja políticamente y tiene vocación creo que debe aportar a la sociedad desde el lugar que le toca. Si bien tuve una participación como precandidato a intendente, desde hace mucho tiempo sostenía que quería ser candidato a gobernador, después las cosas no se dieron por una cuestión de las alianzas de los partidos. Ahora voy a volver a mi actividad privada. Hoy le toca gobernar a un espacio nuevo en la provincia y espero que tenga el mayor de los éxitos, porque si le va bien a él (Gustavo Sáenz) como a Alberto Fernández a nivel nacional, nos va a ir bien a los salteños y a los argentinos, así que me van a encontrar seguramente colaborando desde mi lugar.