Vecinos de Chivilcoy confundieron a un delivery de pizza con motochorro y cobraron justicia por mano propia. Casi linchan al muchacho. Además le comieron la entrega.

El altercado todavía no ha podido ser esclarecido y las versiones al respecto son varias: una dice que el delivery estaba metido en asuntos turbios y por eso “lo hicieron recagar”, otra versión asegura que todo habría sido parte de un “arreglo de cuentas entre mafias pizzeras”, en tanto la versión más certera indica que al muchacho que reparte las pizzas en moto lo confundieron con un motochorro que un automóvil venía persiguiendo y tras colisionar en la intersección de Av. Avellaneda y Miguel Calderón, el joven salió disparado, a lo que los ocupantes del Peugeot 308, color blanco, descendieron argumentando que se trataba de un ladrón que había asaltado cuadras atrás a una muchacha. Y sin contemplar que el chico estaba malherido en el suelo, lo patearon mientras proferían insultos e improperios.

Tras el choque salieron varios vecinos del lugar que se sumaron a la golpiza que recibió el supuesto motochorro quien fue salvado minutos después por la intervención de la policía comunal que llegó junto al servicio de emergencias 107. El joven conductor fue trasladado al Hospital Municipal, donde se le realizaron las observaciones correspondientes y placas radiológicas para constatar que “le dieron para que tenga y guarde”, informó uno de los galenos.

Según la experta consultada por nuestro pasquín estamos ante una clara muestra de lo que ahora se ha dado por llamar cacopareidolia,  aquella conducta exacerbada mediante la cual vecinos de una barriada aseguran ver malvivientes en todas partes: “Es una conducta derivada a las claras de un incremento en el ambiente de estado policial/represivo representado por diversas instituciones en las que se ha priorizado el control y la sospecha por sobre la confianza y solidaridad. Algo así como que te salga el cana que llevás dentro”, comentó María Inés Chacón, experta en paranoias vigilantes.