La alteración con la que Carrió volvió al ruedo político, después de una breve desaparición hace que cuanto menos, que pase vergüenza. 

Elevó una presentación judicial con errores de ortografía y nombres errados de funcionarios. En lo que no perdió la coherencia es en apuntar contra Alberto Fernández, pero esta vez también sumó a Ginés González García y Carla Vizzotti. La presentación tiene que ver con la llegada de la vacuna rusa contra el coronavirus. Pide a la Justicia que investigue si incurrieron en «delitos de atentado contra la salud pública, defraudación al Estado e Incumplimiento de Deberes de Funcionario Público», en una insólita denuncia penal por «envenenamiento», por la compra de Sputnik V, la vacuna rusa que llegará mañana a la Argentina.

La presentación judicial abarca a todos los funcionarios que participaron en «gestiones, contratación y firma de contratos con el gobierno de Rusia, para la reserva, adquisición y comercialización de la vacuna Sputik V, quienes podrían estar incurriendo en la comisión de los delitos de los delitos de atentado contra la salud pública; defraudación al Estado, Incumplimiento de Deberes de Funcionario Público».

En otro apartado habla de «acciones peligrosas» contra la salud pública y se refiere puntualmente al potencial envenenamiento de la población.

Obviamente que minimizó la gestión del gobierno argentino por traer al país una vacuna contra el coronavirus y ponderó indirectamente la elaborada por Pfizer y BioNTech, al resaltar que en ese proceso el «Poder Ejecutivo, redireccionó todo su esfuerzo para la adquisición de la vacuna Sputik V, soslayando otras opciones de vacunas».

En este documento también expresó que no se sabe cuánto pagó el Estado argentino por las 300.000 dosis de la vacuna desarrollada en Rusia, “un producto cuya respuesta inmune se ignora y que no garantiza la seguridad de la población sometida a su aplicación, porque se ignoran los efectos colaterales y/o adversos”. La denuncia indica que “la contratación y adquisición de esta vacuna, parece haber desplazado las otras opciones que ya completaron sus fases de experimentación y que han comenzado a aplicarse en países europeos y EEUU”.

Al margen de que es notoria su preferencia por la vacuna de Pfizer en detrimento de la Sputnik V, sus afirmaciones resultan falsas, teniendo en cuenta que el Gobierno intentó en todo momento cerrar un acuerdo con el laboratorio estadounidense y alemán. Desde la Casa Rosada se pudo saber que se está trabajando en un acercamiento a la par del operativo montado para traer la vacuna rusa.

“Una operación comercial sin precedentes”, fue la frase utilizada por la blonda para referirse a la compra de la partida de vacunas Sputnik V. “No sabemos si será apto para humanos de entre 18 a 60 años, pero si sabemos, no lo será para cumplir la finalidad de proteger a los adultos mayores” dijo, aunque ya le fue aclarado en más de una oportunidad que no se aplicará ninguna vacuna que no haya sido aprobada en este grupo etario.

«Esta operación comercial pone en riesgo a la totalidad de la población argentina, en su integridad física y en especial a quienes serán sus primeros receptores, el personal de salud y seguridad, los elegidos para completar la Fase III, con desenlace impredecible y con la posibilidad de tener bajas, en quienes tienen a su cargo la noble tarea de atender la cuestión sanitaria y de seguridad», escribió como conclusión de su insólita presentación.