Cristina Fernández de Kirchner, quien se mostró muy crítica por la gestión de los programas de ayudas sociales por parte de estas organizaciones. Planteó que los 1.2 millones de planes que hoy existen en Argentina, sean “manejados por el Estado con los intendentes”.

La vicepresidenta participó de un plenario de la CTA. Cuestionó el rumbo político del Gobierno y en particular, se refirió con dureza a la distribución de planes y a los movimientos sociales.

La también expresidenta (2007-2015) manifestó este lunes que el Estado «debe recuperar el control, la auditoría y la aplicación» de estos programas, que «no pueden seguir tercerizados».

«Eso no es peronismo, el peronismo es laburo, trabajo. El peronismo no es depender de un dirigente barrial para que me dé la alta y la baja (…). Entonces, que el Estado recupere en nombre de los que nos dieron vida, en nombre de Perón y de Evita. Si Evita los viera, ¡mamita!», aseveró de forma irónica en un acto en la provincia de Buenos Aires.

En declaraciones radiales, el dirigente social Luis D’Elía afirmó que estas palabras «cayeron mal» en todas las organizaciones sociales, hasta el punto de representar una suerte de «declaración de guerra» contra estos grupos.

«Estoy muy dolido por la declaración de guerra que Cristina nos hizo, sin distinguir nada, a todos los movimientos sociales. Me parece que es un agravio flojito de memoria y de agradecimiento, por todo lo que hicimos por ella a lo largo de 20 años», señaló en diálogo con Radio Delta.

Por su parte, la coordinadora nacional de Barrios de Pie, Silvia Saravia, atribuyó las declaraciones de la vicepresidenta a una «discusión interna» del oficialismo, reflejando un «síntoma de debilidad».