El horario extendido todavía no gana el interés de los vecinos, que siguen concurriendo al Centro Cívico Municipal por la mañana. Por la tarde, los pasillos y escritorios están casi vacíos, a la espera de un cambio que aún no se produce. (F.A.)

¿Viste cuando vas al supermercado a la siesta o apenas abre y tenés todas las góndolas y cajas a disposición? Así está el Centro Cívico Municipal este miércoles 9 de marzo a las seis de la tarde, en la segunda semana del flamante horario extendido de atención al público.

El estacionamiento de este lugar, que casualmente -o no- se ubica en el predio donde funcionó un supermercado durante muchos años, es como un choclo a medio comer, una batalla naval sólo con dos barcos hundidos. Hay muchos sectores libres y pocos autos detenidos, calentándose con el primer día de sol de la semana.

Adentro no hay casi nadie. Las cajas esperan a una fila de una sola persona. Las mujeres de Informes están más al pedo que bocina de avión y las personas dedicadas a ayudar e indicar dónde se ubica cada dependencia se desviven por atender a cualquiera que pase. Hacen como las vendedoras de los locales truchos de la Florida y la Ituzaingó, sólo que en lugar de “¿qué te vendo, amigo?”, te dicen “buenas tardes, ¿en qué lo puedo ayudar?”.

“No se enteran, parece”, dice una de las empleadas del Centro Cívico, sentada casi en soledad en su escritorio. Está hablando de los ciudadanos, los interesados en hacer trámites por estos lados. “A veces vienen”, dice otra, más lejos pero también rodeada de sillas vacías.

“No, nada, nada. La gente se acostumbra a venir a la mañana. Los trámites son por la mañana”, cuenta un hombre que está, básicamente, sin nada que hacer, cuando se le pregunta por el movimiento que hay a esta hora. “A la mañana hay colas que dan la vuelta, ahora no hay nadie”, finaliza.

“Dejame una tortillita”, pide una mujer a uno de sus compañeros, en una ronda de mates improvisada alrededor de un escritorio. “No, pue”, contesta el hombre, antes de llevarse la bolsa entera.

Más allá, una mujer de seguridad charla con una de las encargadas de limpieza. A esta hora, los trabajadores de trapo y balde son mayoría. Repasan los pasillos casi despoblados y los escritorios de computadoras apagadas, papeles ordenados y mates vacíos.

En otro sector, un hombre revisa el celular con la tranquilidad del que revisa la charla de WhatsApp de anoche. Un nene juega con los clips del escritorio de su papá, que saca fotocopias a pocos metros y le dice que se quede en el lugar.

Una mujer del sector de Informes parece militante en plena campaña. Asegura amar a Gustavo Sáenz porque es “una persona hermosa”. Dice que tiene esa opinión del intendente desde antes de su (¿inesperado?) triunfo de mayo del año pasado. Explica que el nuevo horario sirve mucho y que hace unas horas, a las cuatro, “esto estaba lleno y tuvieron que llamar más personal” para que pudiera cubrirse la demanda. Dice que la diferencia no es tan grande con el servicio anterior. “Antes era de 8 a 17. Son tres horas más”, explica, aunque la información oficial asegura que el horario previo era hasta las tres de la tarde. Y justifica el aparente vacío que se percibe con observar alrededor: “Falta gente, en algunas dependencias son dos. Por ejemplo, hay un chico que está de vacaciones y el otro sólo atiende por la mañana. Cuando se reincorpore, se va a cubrir”. La mujer agrega que ayer las mujeres tuvieron asueto. Y son mayoría. Por lo que la atención se vio un poco complicada.

Más allá, tres mujeres le ponen mucha azúcar al mate. Cuando se enteran de que hay un periodista frente a ellas, una se va, la otra se pone a llenar una planilla y la restante se hace cargo de la voz. Cuenta que el horario extendido para ellas no es novedoso, ya que algunas ya trabajaban hasta las 20 horas, pero sin atención al público. Dice que se quedaban realizando tareas internas y que ahora se les complica un poco más el trabajo porque tienen que hacer las dos cosas a la vez.

La chica calcula que unas cincuenta personas asisten al Centro Cívico Municipal cada tarde, lo que les permite tomarse respiros como el que realizan en este momento. Afirma que trabajan más de ocho horas. A veces de 9 a 20.

Según los testimonios de los trabajadores municipales, el pico de demanda es ente las 14 y las 16 horas. “Se ve que dejan los chicos en la escuela y aprovechan para venir”, supone una mujer, ubicada frente a una ventanilla que tiene un asiento disponible que no se ocupa desde hace un buen rato.

Datos oficiales

Nos comunicamos con la Municipalidad desde la redacción de Cuarto Poder para conocer números concretos acerca del horario extendido. Quisimos averiguar cuántos empleados pasaron a la tarde y cuántos son los que quedaron en el turno mañana. Nos interesó saber si la cantidad de trabajadores municipales alcanza para cubrir las necesidades de la nueva medida. Esto último fue lo único que se respondió, a medias: el personal no alcanza.

Prensa municipal nos informó que la Secretaría de la Modernización, a cargo de Martín Güemes, realizó esta semana un relevamiento de personal para tener un registro de trabajadores, detectar irregularidades y también optimizar el servicio. Se revisaron perfiles para que cada empleado sea asignado a las áreas donde mejor podría desempeñarse según su idoneidad. Además, se generarán capacitaciones que comenzarán la próxima semana.

Cuarto Poder intentó comunicarse con Güemes durante toda la semana. A pesar de la respuesta positiva para acceder a una entrevista, la misma nunca fue realizada por no poder encontrar al funcionario.

La medida

A través del decreto Nº 1.716, el flamante intendente Gustavo Sáenz estableció el horario corrido municipal de 8 a 20 horas. Por medio de la iniciativa, desde el 1 de marzo, las oficinas, dependencias y organismos descentralizados que atienden al público, lo hacen en horario corrido.

La modificación apunta a mejorar la calidad en el servicio de atención al público y, de esta manera, brindar mayor comodidad en la realización de trámites, bajo la impronta de Sáenz de “acercar la Municipalidad a los vecinos y en el marco de la creación de la Secretaría de Modernización”.

En un parte de prensa municipal publicado el 29 de febrero, se informaba que la medida se realizaría “sin incrementar el personal municipal existente al 9 de diciembre de 2015, con una redistribución del personal, de sus tareas, funciones y horarios, sin incremento de la carga horaria normal y habitual de cada agente”.

“Con este programa estamos demostrando que modernizar el municipio significa multiplicar los servicios con los mismos recursos, pero dispuestos de manera eficaz y eficiente”, señaló Sáenz en la víspera del inicio del nuevo horario. “Buscamos con esto darle una respuesta más rápida a la gente y agilizar los procesos. No todos los contribuyentes pueden acercarse al CCM u otras oficinas municipales por la mañana para hacer un trámite, que muchas veces les lleva mucho tiempo. La mayoría trabaja o tiene que cuidar a sus hijos, ancianos o enfermos. El nuevo sistema va a descongestionar las filas y los trámites se realizarán con mayor agilidad”, explicó Sáenz.

Según una información difundida por la Municipalidad, en la primera semana de funcionamiento del nuevo horario de atención de las oficinas municipales, concurrieron por la tarde más de 600 vecinos. Este número da un promedio mayor a cien personas por tarde, una cifra mucho mayor a la expuesta por los propios trabajadores ante la consulta de Cuarto Poder.