De tener las pistolas Taser que piden Jarsún y Exeni, lo hubieran convertido en un arbolito de navidad con patas.
El sargento ayudante Julio César Carrizo, y el agente ayudante Israel José Escalante; ambos de la División Caminera, fueron procesados por la fiscal de Derechos Humanos, Verónica Simesen de Bielke, acusados del delito de vejaciones calificadas con lesiones leves.
El testimonio del denunciante, da cuenta de un hecho de terror: el miércoles 26 de septiembre de 2018, cerca de las 8:15, estos pitufos, a bordo del móvil policial 1608, sobre la ruta provincial 36, kilómetro 4. El denunciante detalló que conducía su camión Chevrolet para transportar áridos, por la ruta provincial 36, en dirección a Rosario Lerma.
En el lugar, el patrullero con dos policías que circulaba por detrás, lo sobrepasó y uno de ellos, le hizo señas para que se detuviera en la banquina. Allí le pidieron que exhibiera la documentación necesaria para el transporte, las balizas y el matafuego. Luego de idas y vueltas, los policías se enojaron y empezaron a golpearlo.
En su relato, el denunciante sostuvo que intentó atinar una patada y que ambos policías lo arrojaron al suelo, donde lo golpearon, patearon y cortaron la respiración con una llave.
Durante el episodio, llegó otro móvil policial de la Comisaría de Campo Quijano, con una mujer policía que les dijo a los agresores que pararan la golpiza.
Al camionero, le causaron una quebradura con desviación del tabique nasal y numerosas excoriaciones y contusiones, que fueron corroboradas por exámenes médicos.