Por Lola Mento
Esta semana se supo que el candidato oficial con el aval de la fórmula presidencial Alberto Fernández y Cristina Fernández, será el actual diputado nacional Sergio Leavy, quien aspira a una banca en el Senado de la Nación.
En una estrategia tramposa “el Oso” -quien amagó su candidatura a gobernador para finalmente treparse a las nacionales solo por no darle con el gusto a la aspiración del recién llegado Javier David- logró el único aval, dejando en desventaja a otros dos competidores Walter Wayar y Elia Fernández. Como la boleta presidencial dice a quien adhiere de cada provincia, ambos competidores quedaron con boleta corta.
Es por eso que desde ambas listas salieron a cuestionar duramente a Sergio Leavy.
Wayar tildó al “oso” de egoísta e individualista, destacando que como conductor poco hizo por contribuir al armado de otras listas. Durante todo el día sobrevoló la idea de que el ex gobernador romerista declinaría su candidatura, lo cual finalmente se confirmó. Fue así como la candidatura de Wayar duró menos que un aguinaldo, y luego de “consultar con sus dirigentes”, anunció que trabajará para que reine el consenso en el Frente de Todos, apoyando a Leavy.
Quien a estas horas se encuentra poniendo lo que hay que poner, y dando batalla a la desigualdad planteada desde su propio espacio kirchnerista, es la candidata Elia Fernández, quien se sentó anoche junto a su candidato a diputado nacional Diego Saravia, a aspirar el olor de la tinta de las flamantes boletas que acababan de salir de la imprenta y que encabeza con su nombre, mientras ríen jocosamente porque el Oso, no los pudo doblegar.