Funcionarios intentaron explicarle qué hizo porque básicamente no se nota.
La Municipalidad de Salta ha finalmente habilitado una nueva etapa de la Plaza 9 de Julio. Sin embargo, la falta de transparencia y los continuos retrasos han generado una serie de interrogantes.
La remodelación de la emblemática Plaza 9 de Julio ha sido un proceso largo y lleno de contratiempos. Inicialmente programada para estar terminada en mayo, la fecha se extendió julio debido a problemas climáticos y de suministro de materiales. Sin embargo, ese segundo plazo tampoco se cumplió, dejando a los ciudadanos esperando una plaza renovada que parecía nunca llegar.
El Concejal Federico Casas, a principios de agosto, prometió que la obra se entregaría a fines de ese mes, pero una vez más, la fecha pasó sin cumplirse. La intendenta Bettina Romero incluso se reunió en privado con Monseñor Cargnello, lo que generó especulaciones sobre posibles cuestionamientos en relación con la demora en la finalización de la obra. Finalmente, en septiembre, se habilitó una nueva fase de la plaza.
Uno de los puntos de mayor controversia ha sido el costo de la remodelación. Inicialmente presupuestada en $130 millones de pesos, el Concejal Casas afirmó que hasta el momento se han invertido $220 millones. Y para colmo los cambios no se nota.
La concejal capitalina, Alicia Vargas, en una reciente sesión ordinaria del Concejo Deliberante de Salta, expresó su opinión sobre la reciente apertura parcial de la plaza. A pesar de dar su aprobación a las nuevas rejas que delimitan el espacio verde, cuestionó la falta de cambios significativos en relación con el monto invertido en la obra. Vargas proporcionó detalles sobre los costos iniciales y cómo las «obras complementarias» aumentaron tanto el plazo como el presupuesto de la obra, llegando a un total de 253 millones de pesos. Además, señaló que la puesta en valor de la Plaza 9 de Julio resultó ser más costosa que la construcción del nuevo puente de la Ayacucho, que según datos municipales, costó cerca de 200 millones de pesos.
La concejal capitalina Ana Paula Benavidez también se sumó a las críticas al afirmar que las obras de la Plaza 9 de Julio fueron sobrevaluadas y que no representan grandes cambios. En medio de estas críticas, los Community Managers del CCM (Community del Centro Cívico Municipal) se han visto obligados a explicar constantemente el progreso de las obras y a enfrentar la insatisfacción de los seguidores en redes sociales.