Un hombre de 29 años fue condenado a 4 meses de prisión efectiva por desobediencia judicial, hurto y robo, tras agredir a su madre y robarle dinero a ella y a su padre.

 

En una resolución que marca un precedente en la lucha contra la violencia familiar y la impunidad, la Justicia de Salta condenó a un hombre de 29 años a cuatro meses de prisión efectiva por una serie de delitos cometidos contra sus propios padres. La fiscal penal de Violencia Familiar y de Género 2, Mónica Viazzi, desempeñó un papel crucial en la obtención de esta condena, representando al Ministerio Público Fiscal ante el Juzgado de Garantías 5 en una audiencia de juicio abreviado. El proceso judicial se centró en tres hechos delictivos que evidencian un patrón de comportamiento violento y una flagrante falta de respeto hacia la autoridad judicial.

El primer incidente ocurrió el 1 de enero de 2025, cuando el acusado ingresó al kiosco propiedad de su madre, aprovechando la ausencia de vigilancia. Tras forzar la entrada, sustrajo la suma de $20.000 en efectivo, junto con una cantidad de sándwiches de miga destinados a la venta. La madre del acusado descubrió el robo al observar la puerta principal abierta y la ausencia de mercancía. Al confrontar a su hijo, éste intentó agredirla físicamente, exacerbando la gravedad de la situación. La denuncia presentada por la mujer ante las autoridades incluyó la descripción de la gorra del acusado, encontrada abandonada en el lugar del delito, lo que sirvió como evidencia clave para la identificación del responsable.

Este hecho no fue un suceso aislado, ya que la madre declaró que su hijo tenía antecedentes de desobediencia judicial y que utilizaba el dinero robado para financiar el consumo de sustancias estupefacientes.

Apenas unas semanas después, el 19 de enero, el acusado volvió a protagonizar un acto delictivo, esta vez dirigido contra su padre. Se presentó en el taller de su padre, donde, tras violentar la puerta de ingreso, exigió dinero a la mujer que se encontraba en el lugar. Ante la negativa de la víctima, el acusado desencadenó un ataque violento, tomándola del brazo, zamarreándola y propinándole un golpe en el rostro. Aprovechando la situación de vulnerabilidad, el hombre sustrajo la suma de $80.000 antes de retirarse del lugar. La brutalidad del ataque y la vulneración de la integridad física de la víctima agravaron la situación legal del acusado.

Las acciones del imputado no terminaron allí. Horas más tarde, regresó a la casa de su madre, reiterando su intento de obtener dinero mediante la intimidación. Al recibir nuevamente una negativa, el acusado comenzó a causar destrozos en la vivienda, generando un clima de terror y poniendo en riesgo la seguridad física de su madre. Atemorizada por la violencia del agresor, la mujer se refugió en el baño y contactó al Servicio de Emergencias 911, solicitando ayuda inmediata. La rápida respuesta policial culminó con la detención del acusado.

El juicio abreviado, en el que el acusado confesó su culpabilidad, permitió una resolución ágil y eficiente del caso. La Jueza Claudia Puertas, tras evaluar las pruebas presentadas y la confesión del imputado, dictó una sentencia de cuatro meses de prisión de ejecución efectiva. Esta condena representa un mensaje contundente contra la violencia familiar y un reconocimiento a la labor de la fiscal Mónica Viazzi en la búsqueda de justicia para las víctimas. El caso sirve como un recordatorio de la importancia de denunciar la violencia familiar y de la necesidad de un sistema judicial que responda con firmeza ante estos actos delictivos.