Para que las intenciones se vuelvan políticas.
Nadie vive de intenciones, por ello organizaciones de todo el país piden se pueda construir los consensos necesarios para que el Estado argentino avance en
la inclusión y reparación de la violencia estructural en razón de la identidad y expresión de género, que resulta inadmisible en un sistema democrático.
Con la inspiración de los legados de Diana Sacayan y Lohana Berkins, impulsamos una Ley Nacional de Cupo e Inclusión Laboral Travesti Trans como una medida de acción afirmativa consagrada en la Constitución Nacional, que corrija y repare la discriminación hacia la comunidad travesti trans a través de:
Un cupo laboral travesti-trans en el ámbito público con criterio transversal y federal, priorizando a quienes
están en situación de vulnerabilidad social.
Incentivos para la contratación de personas travestis y trans en el ámbito privado.
Apoyo financiero a proyectos productivos travesti trans.
No discriminación por identidad y expresión de género en el ámbito laboral.
La pandemia por el Covid19 puso aún más en evidencia la dramática exclusión de las personas travestis y trans del trabajo formal, la alimentación, la salud, la educación y la vivienda, por ello, la garantía del derecho al trabajo debe ser prioritaria y urgente.
Las distintas investigaciones elaboradas por la sociedad civil y los Estados reflejan respecto al ámbito laboral que solo un 9% de las personas travestis y trans en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y en la Provincia de Río Negro están insertas en el mercado formal de trabajo, mientras que en la Provincia de Jujuy esa proporción desciende al
1,3%. Para el 70,4% de las travestis y mujeres trans en la C.A.B.A., el ejercicio de la prostitución sigue siendo la principal fuente de ingresos y, de ese universo, un 87,2% la abandonaría si tuvieran acceso a un empleo formal.
Estos datos demuestran abrumadoramente que la discriminación por identidad y expresión de género resulta una barrera sistemática para ingresar al mundo del empleo formal que se agrava, además, con otras interseccionalidades, como la condición migrante. La prostitución funciona como único destino posible para personas travestis y trans, muy lejos de ser una opción entre otras.
Diferentes variables políticas, sociales y un entramado histórico han perpetuado y naturalizado procesos de estigmatización y supervivencia en los márgenes de la sociedad. Entendemos que el Estado argentino ha sido parte
activa de la construcción del estigma y persecución hacia personas travestis y trans, a través de códigos contravencionales y fuerzas policiales. Por ello, es urgente que justamente el Estado se posicione a la cabeza de un proceso de construcción de ciudadanía de derechos plena.
En la última década, el movimiento de travestis, trans, lesbianas, gays, bisexuales e intersex logró diversas
conquistas, entre las que se destaca la Ley 26.743 de Identidad de Género. Contamos, además, con antecedentes
de las leyes de cupo e inclusión laboral en las Provincias de Buenos Aires, Santa Fe, Chubut, Chaco y Río Negro. A
esto se suman más de 30 municipios en todo el país, universidades nacionales, la Defensoría del Público de
Servicios de Comunicación Audiovisual y, más recientemente, el Banco de la Nación Argentina.
Es el momento oportuno de sancionar una Ley Nacional de Cupo e Inclusión Laboral Travesti Trans, atendiendo a
estas historias de vida atravesadas por la violencia, la discriminación, la exclusión social, la persecución policial, los
crímenes de odio y la falta de oportunidades para acceder a la educación, la salud y la vivienda. Este proceso debe
involucrar al Estado, empresas, gremios y organizaciones sociales. Los travesticidios y transfemicidios sociales
deben erradicarse ya con medidas para acceder al ámbito laboral formal.
Vamos por el derecho al trabajo de travestis y trans.
¡Sin demora #CupoLaboral #InclusiónLaboral travesti trans ahora!