En las medidas de fuerza que realiza el pueblo hay personas con diferentes misiones y formas de actuar más allá del objetivo común. (Gabriela Hernández) 

Los derechos se vulneran y se los debe defender constantemente, así también surgen nuevas necesidades y el pueblo se moviliza para poder vivir dignamente. Hay algunos que tienen un objetivo en común con un movimiento y otros que tienen objetivos personales que se realizan al cumplirse la misión general, pero hay intereses muy mezquinos que desvirtúan la lucha y la ponen en riesgo.

Hablamos de luchadoras y luchadores, farsantes e infiltrados, los hay para todos los gustos y de todos los colores políticos. Este medio pudo acompañar la reciente lucha docente desde el interior, y mediante entrevista distinguimos los siguientes personajes típicos de las luchas sociales.

Los luchadores

Son el motor de los cambios sociales, ponen su cuerpo desde el principio hasta el final en las medidas de fuerza,  se comprometen en cuerpo y alma con la lucha, están dispuestos a darlo todo no tan solo por el bien personal sino por el bien de todos los que necesitan derechos. Están los sensatos y los impulsivos para que todo salga bien estos necesitan trabajar en conjunto.

 Tienen una perfecta habilidad para detectar a los traidores e infiltrados y son los que a veces salen heridos al enfrentarse a vida o muerte con las fuerzas represoras del gobierno, ellos permanecen anónimos y otras veces  son recordados como héroes. En situaciones la muerte los alcanza por accidente o por mandato en pos de luchar pero su legado vive para siempre. 

Muchos son atacados y perseguidos de todas las formas, casi siempre demonizados por el poder.

Cocineros/as

Los encargados de la olla popular, los más queridos y respetados por todos sin ellos encargándose de alimentar a la gente después de un arduo día de reclamos nada sería posible.

Figuritas

Ven a los acontecimientos sociales como atractivo turístico, como una oportunidad de alzar su imagen o negociar con algún ente a veces gubernamental pero no participan activamente de ninguna acción o medidas. Estas personas utilizan los medios tecnológicos como el celular y las redes sociales para llegar, sacarse una foto en 2 segundos y luego subir todo como si fueran protagonistas, suelen irse a dormir tranquilamente a casa engañando a todos con su imagen de supuesto “luchador”. Algunos incluso suelen recibir fondos (que deberían ayudar a los que luchan en serio) por participar en sus supuestos acontecimientos.

En este grupo también están los partidos políticos y los candidatos a algún cargo que aprovechan las situaciones para promocionar que acompañan al pueblo pero luego se olvidan. En las últimas luchas docentes estos fueron echados ya que las consignas fueron “Sin gremios, sin banderas y sin partidos políticos” para lograr una unidad y evitar las peleas por el espacio.

Vueltas como medias

Al principio son los más activos, los que más hacen por la gente colocándose incluso como referentes (o auto delegados) pero cambian de lugar ante un indicio de ofrecimiento de dinero o el cumplido de algún interés personal por parte del gobierno o la patronal a cambio de traicionar la lucha, servir de “buchón” o rompe huelga. Si se los descubre quedan manchados y repudiados por el resto, se los marca para que nadie pueda confiar en ellos libremente. Hasta se nombran al conjunto los beneficios que recibieron al tirar objetivos generales por los que se luchaba.

Si todo sigue igual de mal es porque no se los detecta a tiempo y estos “vendidos” compran a su vez a otras personas aprovechándose de la necesidad.

Los infiltrados y los policías de civil

Los buchones oficiales” se infiltran en los conflictos sociales y en los grupos más activos para identificar a los participantes, a los protagonistas, y los que “hacen más lío” para que a partir de esa información los poderosos puedan actuar. Re coleccionan nombres, datos personales, procedencias, filmaciones y fotos. Parecen uno más del motón al soler usar perfiles muy bajos o al revés, perfiles muy participativos para que no duden tan fácilmente de sus movimientos, pero a veces el inconsciente los traiciona y no pueden escapar al ojo entrenado de los que ya pasaron por varias luchas sociales a través de años.

Los policías de civil son mandados todo el tiempo a vigilar, pero son los más obvios al no poder dejar su entrenamiento policial atrás, aparecen de la nada, son desconocidos y tienen cierta desesperación por saberlo todo, hablan como policías y tienen posturas de policía por lo que sus intentos de infiltrarse se ven frustrados y se les distorsiona la información.

Partidos, gremios, medios 

Algunos están en contra o a favor del gobierno, están para ayudar o ser una piedra en el zapato del trabajador que pelea por sus derechos. Si en las marchas o acontecimientos se encuentran con un espacio antagónico generan divisiones, generan luchas por protagonismo, espacio y por ver quién se queda con más afiliados nuevos o con los laureles de lo obtenido después de días de tire y afloje con el gobierno.

Ponen sus intereses por sobre el colectivo que grita por algo justo por más que se tengan las mejores intenciones.

Los activistas

Los  enamorados de las luchas y movimientos sociales están en todos los hechos políticos, ayudan, son altruistas y pelean, pertenezcan o no al colectivo que reclama, suelen confundirlos con infiltrados al no estar insertos en el sector social  que defienden pero demuestran con acciones que no es así. Solo quieren el cambio social.