El anabolizado diputado no se retracta y dio una nota explicando por qué está a favor del linchamiento, como en Tucumán, y de la pena de muerte.

Si la postura o la frase vendrían de un exintendente fracasado más, no valdría la pena ni mencionarla. Si las palabras hubieran salido de cualquier otro changuito que pasa más horas en el gimnasio que leyendo y que tiene atrofiadas las pocas neuronas por los anabólicos, no le dedicaríamos ni una línea.

Pero el pedido, en este caso, viene del vicepresidente de la cámara de Diputados.
Ignacio Jarsún reivindicó el linchamiento y asesinato del supuesto violador de la niña de 9 años de Tucumán; además se expresó a favor de la pena de muerte.

A Jarsún le gusta llamar la atención con esas frases tan polémicas como fascistas. Se expresó a favor de desalojar por la fuerza la usurpación de Parque La Vega, de reemplazar a los docentes que hicieran huelga y su único proyecto llamativo fue habilitar las pistolas de electrochoque (las Taser), que se le ocurrió viendo televisión, porque fue tras la muerte de un policía en Buenos Aires. Jarsún propone dotar de costosísimas a la misma policía que el gobierno provincial no pudo dar ni barbijos.

«Hay muchas cosas de Bolsonaro que me gustan. Lo hubiese votado», dijo Jarsún a El Tribuno.

Días antes, Claudio del Plá, diputado del Partido Obrero, lo había comparado justamente con el presidente de Brasil.

Hay detalles imperdibles de la entrevista con el diario de zona sur, porque el dipufitness también dijo que se considera dentro de un espacio político «de centro». ¿A qué le llamará fascista Jarsún?

Dejemos que siga hablando: «Es verdad que esos temas me terminan vinculando a la derecha política, pero en realidad creo que digo lo que quiere la gente, porque alguien tiene que hacerlo», dijo.

Sobre la pena de muerte dijo: «Fue una expresión de lo que pienso, sabiendo que no tiene incidencia, porque es un tema nacional y soy legislador provincial. Lo hice para que la gente sepa cómo pienso».

Y esto acotó el hombre que dice ser a veces de izquierda, y que se considera de centro: «La pena de muerte sí es una solución… Primero que nada para que no haya que mantener a un tipo en una cárcel durante 20, 30 años o lo que fuese a costa de todos los ciudadanos que trabajan y que generan los recursos para que él viva gratis. Lo segundo es que tenemos una Justicia con la que tenés el riesgo que dentro de 10 o 15 años decidan soltarlo por alguna razón y así se pone de vuelta en riesgo a otra familia. Y tercero, el que esté dispuesto a cometer un delito como el de Tucumán, que sepa cuáles van a ser las consecuencias».