Desde hace rato que en Salta la Cámara de Panaderos viene gritando auxilio, mientras sube los precios. Ahora temen faltante de harina.

Con Macri no hay pan duro ni leche cortada.
El empresario y referente de la Cámara de Panaderos de Salta, Hugo De la Merced, advirtió, una vez más, que la crisis del sector se agrava y que no hay ninguna respuesta por parte del gobierno nacional. Para colmo, temen un posible faltante de harina.
Del gobierno nacional esperaban que se tomara alguna medida sobre el valor del trigo y el valor de los servicios, especialmente el gas. Pero no se hizo nada. Nada de nada.
Hugo de la Merced dijo en Fm Aries que la única mano hasta el momento vino la ministra de Trabajo, Producción y Desarrollo Sustentable, Graciela Pinal de Cid, quien ofreció soluciones al alcance de su área, como la moratoria sin intereses de Rentas.
También habían solicitado a la Secretaría de trabajos que controle y clausure las panaderías clandestinas. Pero la persona a cargo del área respondió que no pueden hacerlos porque no los dejan ingresar. Parece que los inspectores tocan la puerta de adentro les responden no hay nadie y ellos se van. Por eso De la Merced sugirió que se aplique sobre la vía pública porque el pan que se elabora tiene que salir a comercializarse.
“Es un tema de voluntad”, consideró el empresario del sector, y agregó que ante autoridades del gobierno salteño y municipal pusieron a disposición el listado de las ilegales que en Salta hoy alcanzan las 400, mientras las asociadas a la Cámara solo son 300.
“Los que estamos cumpliendo con las reglas, nos sentimos solos. Todas las semanas tenemos controles de la Secretaría de Trabajo, Municipalidad, Bromatología, y a los que están fuera de la ley no los controla nadie y no aportan al fisco”, dijo en modo furioso De la Merced.
Dijo incluso en esta misma emisora que desde la Cámara llegaron a proponerle a las autoridades que la institución les abonaría la nafta de los vehículos para que salgan los inspectores a realizar controles, pero no obtuvieron respuesta.
Por la crisis, según dijo el hombre, el año pasado en Salta cerraron 30 panaderías. A nivel país fueron unas mil.
La revolución de la alegría dejó de ser graciosa.