La periodista Jimena Granados entrevisto a la titular de Madres de Plaza de Mayo Línea fundadora que participó del 1º Congreso Nacional de DDHH del Colegio de Abogados de Salta. En el dialogo publicado por El Tribuno, Cortiñas hablo del pasado y de un presente que vuelve a rebelarla.

Transcribimos a continuación la entrevista que apareció en la edición de hoy de ese diario y que comenzó con referencias al hijo desaparecido de Nora -Carlos Gustavo Cortiñas- en el año 1977

¿Qué es lo último que recuerda de su hijo?

Que estuvimos juntos el Domingo de Pascuas de 1977. Estábamos en una playita de Mar del Tuyú, en una casa que nos habían prestado. Terminanos el almuerzo y él se volvía para Buenos Aires. Nosotros nos quedábamos unos días más. La despedida fue… (se quiebra) saludarnos y no vernos más.

Por eso digo que la desaparición forzada de personas es el crimen de crímenes. Es el mayor ataque a un pueblo como método de represión. Pero vamos a seguir luchando. Cada día es de lucha. No vamos a bajar los brazos.

Le decimos al Gobierno que se está equivocando. Se está vengando de un pueblo que luchó más que los 40 años que tenemos de lucha. Cada generación peleó para tener un país digno.

Las medidas que toman humillan al pueblo verdaderamente y hacen una imagen del Gobierno que no los favorece.

Vamos a seguir luchando. Cada cosa que hagan y que no corresponda, la vamos a decir. Estaremos en la calle todo lo necesario para que entiendan que esta no es manera de gobernar.

¿Qué siente cuando se pone en tela de juicio el número de los 30.000 DESAPARECIDOS?

Nosotros pensamos que, si con cada hecho histórico vamos a ponernos a dudar y a contar uno por uno los muertos…

Todavía no sabemos cuántos murieron en el bombardeo a la Plaza de Mayo en 1955. Contar en números lo que son seres humanos es una falta de humanidad muy grande.

Algún día sus hijos… no los hijos grandes de Macri que vivieron otra historia. Pero esta hija chiquita que tiene le va a demandar a su padre, cuando sea mayor, y le va a preguntar: «Papá, ¿qué pasó que trajiste tanta tristeza al pueblo?». Se lo va a reclamar.

El pueblo necesita crecer en democracia, en el respeto al pueblo entero.

¿Qué balance general hace del primer año de gestión del Gobierno de la Nación?

Que hubo un retroceso de 30 años. Un retroceso brutal que no nos merecemos. Este país produce alimentos para 400 millones de personas y 40 millones están temblando todos los días. Cada día se suma un pobre o una persona que pierde el trabajo y no hay posibilidades de que lo recupere. Este es un país de trabajadores. Es cosmopolita. Tenemos generaciones de todos los países del mundo que han venido huyendo de hambrunas o guerras. Y resulta que vamos para atrás. No es justo.

¿Qué siente frente a los femicidios?

El femicidio es responsabilidad del Estado por mirar para otro lado. No hay políticas para evitar más y más femicidios, al igual que el abuso sexual infantil. No hay políticas.

Con respecto a las diferencias entre las organizaciones que luchan por los derechos humanos, después de tantos años, ¿qué las une y qué las separa?

Cuando los políticos o los gobiernos usan a las organizaciones de derechos humanos que estuvieron en la calle años y años, las perjudican… Eso deforma la verdad histórica de las luchas de derechos humanos.

Algunos de los responsables de los CRÍMENES DE LESA HUMANIDAD están muriendo. ¿Cómo cree que se va a cerrar este ciclo de la historia?

Vamos a seguir exigiendo justicia hasta que no quede nada de impunidad y ningún genocida esté caminando por la calle. Vamos a seguir. Podrán sacar, como hicieron anteriormente, leyes de impunidad, punto final, obediencia debida o indultos.

Revertimos cada una de esas situaciones con años de lucha en la calle. Si en algún momento el Gobierno decidió escuchar esa lucha y esos gritos desgarradores para pedir verdad y justicia, vamos a seguir ahora para retomar el camino de la verdad y la justicia.

Con un poco más de distancia en el tiempo con respecto a la etapa del kirchnerismo, ¿qué rescata y qué no?

Cada gobierno puso palos en la rueda. Por eso yo rescaté el juicio de Alfonsín. Después él mismo, claudicando, dio las leyes de punto final y obediencia debida. Después vino Menem y el indulto. De la Rúa no permitió la extradición de los genocidas por los juicios que se hicieron en otros países cuando acá no había juicios. Duhalde, muy cretino él, dijo: «Ocúpense de los vivos y no de los muertos». En vez de dar posibilidades de castigar a los culpables. Y así vamos viviendo etapas. Y si bien el gobierno de Néstor Kirchner fue una etapa en que se abrió el camino a la justicia y tuvimos la oportunidad de que se abrieran los campos de concentración para que se hicieran lugares de memoria y de pruebas para la Justicia, después la cooptación de los militantes no favoreció que estuviéramos todos unidos.

En su historia de lucha, ¿alguna vez se sintió sola?

No. Tengo una familia muy hermosa y tuvimos algo muy hermoso que fue juntarnos todas las madres para caminar juntas. Y, aunque ahora no estamos juntas, los objetivos son los mismos. Los métodos son distintos. En la metodología o el lenguaje no compartimos. Pero después, sigue la lucha del pueblo y de todos los organismos de derechos humanos. También de la juventud que, por más que esté siempre denostada, es hermosa.

Hay una parte de la Iglesia que mira para otro lado y que fue compinche de la dictadura cívico, militar, religiosa y económica de este país. Seguiremos luchando siembre, hasta que no nos quede ni un hálito de vida