El candidato a gobernador anda flojo de afiliaciones y está dispuesto a todo para que su partido no pierda la personería. Incluso a reflotar viejas prácticas de la política clientelar.

El diputado bolsonarista se ufana de «no vivir de la política» y arremete cada vez que puede contra «los políticos», grupo al que cree no pertenecer. Entre otras cosas, asegura que es diferente porque no concuerda con las mañas de la vieja política y hasta asegura que «el que paga para llegar, llega para robar». Esta última frase fue la que utilizó para desvincularse del abogado trucho Marcelo D’Alessio.
Sin embargo, sus acciones de campaña parecen ir a contramano de sus intervenciones televisivas. Al menos asi lo atestiguaron vecinos de Barrio Castañares el día de ayer. Al parecer, el diputado y candidato a gobernador retomó las viejas prácticas implementadas en 2011, cuando sorteó una camioneta 4×4 y varias motocicletas ploteadas con su rostro. En su momento el sojero se excusó diciendo que, a diferencia de los políticos que ocupan cargos públicos, él hacía campaña «con su plata».
Según denunciaron vecinos de la zona, en el día de ayer se realizó el sorteo de una moto al que sólo podían acceder presentando su DNI. El asunto es que muchos de ellos lo hicieron sin saber que serían utilizados para elaborar fichas de afiliación que serían presentadas en el tribunal electoral.
Como se conoció hace unas semanas, el partido de Olmedo anda flojo de afiliaciones y podría perder la legalidad en caso de no superar el piso impuesto por la justicia electoral. Para tal fin, el legislador parece estar dispuesto a todo, incluso a contradecir sus propios «principios» y sermones.