Una sociedad off shore vinculada al fallecido, Franco Macri adquirió la deuda más grande que tenía el Correo Argentino. 

Lo hizo a través del Meinl Bank de Austria, que actuaría como testaferro del grupo empresario de la familia Macri.
La fiscala Gabriela Boquin,  que viene siguiendo el caso muy de cerca, ya había denunciado la maniobr en el expediente del concurso de acreedores del Correo Argentino.
Por ese pacto, la empresa del Grupo Macri presentó una mayoría de avales entre los acreedores privados en su intento para evitar la quiebra.
La evidencia de que se trata de un banco que actuaría como testaferro del grupo empresario de la familia Macri, esta más que clara. El mismo banco también fue denunciado por usar otras conformidades «truchas» ligadas al propio Correo.
Boquin, ya en 2016 denunció la maniobra del Correo, en desmedro del Estado, representado por el propio Mauricio Macri en ese momento, e hizo una advertencia específica sobre la aparición del Meinl Bank, que hoy, en el momento previo a la resolución de la jueza Marta Cirulli sobre el futuro de la empresa postal, tiene un papel central.
La entidad crediticia austríaca, en ese entonces ya había prestado su conformidad pese a que aparecía claramente perjudicada «por el carácter irrisorio de la propuesta», siendo el acreedor privado más grande.
Y ya había recibido la cesión de créditos que correspondían originalmente al Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y a la Corporación Financiera Internacional (CFI).
Actualmente, el expediente, que ya lleva 20 años de trámite, mientras el Correo Argentino sigue sin pagar su deuda millonaria, esta llegando a la recta final.
Entre el Estado Nacional y el Meinl Bank, se concentra el 70% de todo el pasivo.
Del 30 por ciento restante un 20% no dio conformidad y el 10% restante corresponde a acreedores considerados truchos porque de una forma u otra están vinculados a estudios de abogados y directores del propio Correo.
A pesar de que el Estado constituye una categoría, cuyo aval es indispensable, el Correo se juega ahora a evitar la quiebra con la conformidad del Meinl Bank, como mayor acreedor.
El Meinl Bank está denunciado por corrupción y lavado. Sin contar que el Banco Central Europeo le quitó la licencia en 2019.
Una auditoría austríaca, llevada adelante por la Consultora Price Waterhouse Coopers, sobre el nunca bien ponderado banco, detectó una operación secreta entre una sociedad que tenía como beneficiario a Franco Macri y el banco en cuestión. Incluso habría dicho que podia tratarse de maniobras de lavado. La firma que habría hecho el acuerdo con el Meinl Bank se llama Mervet Establishment y estaba ligada a Franco, según los documentos bancarios.
Mervet se constituyó en el principado de Lichtestein y el 7 de septiembre de 2005 firmó un acuerdo con el banco para que éste adquiriera las demandas de varios acreedores del Correo a modo de «fideicomiso para Mervet».
De acuerdo a los datos suministrados por la investigación, la Corporación Financiera Internacional
cedió su acreencia contra le Correo Argentino por 57,9 millones de dólares al Meinl Bank, que actuaba como gestor de Mervet, el 4 de noviembre de 2005.
El 18 de julio de 2006, el banco hizo lo mismo pero con los créditos del BID, por 62,7 millones de dólares.
Con la conformidad del Meinl los Macri aducen que alcanzaron el 78% del capital computable.
Cuando la Inspección General de Justicia (IGJ) declaró irregulares los balances del año 2018 del Correo, señaló que la empresa había declarado como monto de la deuda con el Anglo Australian Bank (ex Meinl Bank) una cifra desactualizada, que tenía en cuenta el tipo de cambio vigente al 31de diciembre de 2013 y daba un total de 765.348.560 pesos. Es por eso que el Correo mostraba un balance positivo en ese momento, que de real no tenía nada.