Justamente ayer José Luis Espert hablaba en los medios de la forma «desacertada» en que se estaba manejando Argentina frente a la Pandemia y ponía como ejemplo de lo que se día hacer a países como Nueva Zelanda.
Hoy, después de 102 días sin infecciones, la primera ministra Jacinda Ardern anunció que se detectaron cuatro casos positivos en una familia de Auckland que no viajó fuera de Nueva Zelanda y que habrá cuarentena y restricciones hasta el viernes. Las personas que viven en esa ciudad sólo podrán salir de sus casas si son trabajadores esenciales o si tienen que comprar alimentos. Las reuniones de más de diez personas también serán restringidas. El resto del país también tendrá restricciones, pero más leves.
Nueva Zelanda documentó un total de 22 muertes en una población de 5 millones de habitantes y no había registrado transmisiones locales desde el 1 de mayo. La Organización Mundial de la Salud (OMS) alabó al país por haber logrado eliminar con éxito la transmisión comunitaria. Sin embargo, las autoridades sanitarias neozelandesas afirmaron que era inevitable una segunda ola del virus.
«Si bien hemos trabajado increíblemente duro para prevenir este escenario, también nos hemos preparado para esto», afirmó Ardern, cuya gestión en la lucha contra la pandemia ha sido elogiada a nivel mundial.