La imagen fue tomada en pleno centro salteño. Demuestra que la falacia de “cuidemos las dos vidas” solo se queda en una frase vacía. No les importan las dos vidas. Aquí el relato de quien tomó la foto,  Agustina Sánchez,  nos cuenta en primera persona el relato de ser madre y estar a favor de una Vida digna.

Esta foto la saqué en la peatonal Alberdi, justo en frente de mi trabajo, y justo mientras un grupo de NN juntaba firmas desesperadamente para intentar frenar la ley, ésta mamá con su hijito pedían monedas o algo para comer. Se me pasaron por la cabeza un montón de cosas (que son unos hipócritas, cuanto frío tendrá ese nene, o cuánto hambre tendrá esa madre, que opina ella sobre el aborto y si tendrán donde dormir esta noche que se viene un frío tremendo) que me llevaron a lagrimear con impotencia porque toda la injusticia del mundo recae sobre ellos y sobre tantos más que vaya a saber dónde están y cómo sobreviven. Porque parece no importar que el frío azote, que no haya con qué llenarse el estómago, con que abrigarse… con que curarse o con que sobrevivir.

Y me pregunto si es que solo se trata de sobrevivir y no de vivir bien, porque cuando se trata de nosotras las mujeres, no importa ni eso. ¿Por qué tenemos que depender del imperativo de la justicia, de la iglesia, de los hombres, del resto de la sociedad? ¿Dónde están todos ellos cuando una de nosotras se desangra en una sala fría y oscura? Y ¿dónde están cuando una madre llora en silencio porque no tiene que darle de comer a sus hijos? O cuando llora cansada porque labura todo el día y no le alcanza para llegar a fin de mes.

Pero cuando una de nosotras decide luchar por sus sueños, por sus convicciones, por sus proyectos, por su futuro, por su libertad, estos mismos que dicen estar a favor de los menos favorecidos y sobre todo de la vida, son los primeros en levantar el dedo y señalar la maldad que habita en nuestro género. Oportunistas, hipócritas, asesinos, indiferentes, todos a la orden del día.

No puedo evitar siendo madre sola ponerme en la piel de esa mujer, no puedo evitar sentir la impotencia y la tristeza, porque aun habiendo elegido traer un hijo al mundo no han dejado de hacerme las cosas difíciles, no han dejado de señalarme y aunque considero que soy afortunada por mi familia, mi educación, por mi trabajo y mi entorno, doy fe de lo duro que ha sido todo este camino recorrido. Y también soy muy consciente que no todas tienen mi suerte, no todas tienen apoyo y no todas tienen ganas ni deseo de ejercer la maternidad. Por ellas y por si alguna vez no deseo volver a pasar por esto, grito todos los días que el aborto tiene que ser legal, gratuito y en un hospital.

Deseo también de todo corazón que si mi hijo tiene que acompañar alguna vez un aborto, pueda hacerlo con la seguridad de que su compañera no va a morir desangrada o no va a ser denunciada. Esto no es una grieta, esto no va a violar libertades, solo va a acrecentarlas. Esto solo empodera a las que nunca han sido poderosas ni de su propia biología. No pretendo que todos entiendan, tampoco que adhieran, pero que ya que se han demostrado incompetentes para luchar por toda aquella miseria que vivimos a diario, al menos no estorben, no agredan, no infundan campañas injuriosas y de mentira. No podrían aguantar un solo día viviendo la basura de ser mujer en un mundo pensado para hombres… entonces, hagan el favor de llamarse al silencio, porque si esto no se revierte, las muertas van a seguir sumándose, y eso, es totalmente incompatible con su cortina de humo del derecho humano.

Es una cuestión de salud pública, es urgente y no queremos esperar más. Vos podes seguir mirando para otro lado, NOSOTRAS VAMOS A PELEAR PORQUE NUNCA NOS HAN FACILITADO NADA. Y LUCHANDO VAMOS A GANAR. Educación sexual para decidir Anticonceptivos para no abortar Aborto legal para no morir!

Por Agustina Sánchez.