La muerte de cientos de peces en inmediaciones del dique Cabra Corral fue investigada por la secretaría de ambiente junto con la policía lacustre. Llegaron a la conclusión de que las aguas color rojo y los peces muertos son algo natural.
Piedras que caen del cielo, lugares de regocijo y pecado que ven sus muros y techos caídos tras el diluvio, aguas que se tornaban rojas y peces muertos a la vera del dique. Todas ellas podrían tomarse como señales de una señal divina que descendía de los cielos para recordarle al pueblo salteño que tanto pecado junto, tiene sus consecuencias. Pero no, esa no es la explicación, por suerte, a la que llegaron los representantes del programa de Biodiversidad, quienes explicaron la coloración roja de las aguas por la floración de las algas en esta época, “potenciada por las oscilaciones en las temperaturas y por el bajo nivel de capacidad de embalse (14m por debajo del límite)”. Esto también colaboró a la muerte de sábalos, bagres y una pequeña cantidad de pejerreyes que fueron hallados luego de la tormenta de la semana pasada. “El gran aumento del caudal de agua ocasionó el arrastre de sedimentos acumulados durante el invierno, tapando las agallas de las especies mencionadas”, fue la explicación oficial.