El macrismo presiona a los gobernadores en la discusión del impuesto a las ganancias. El diario La Nación asegura que la Casa Rosada envió a los mandatarios un detalle de los recursos que perderían si se aprueba la propuesta de Sergio Massa.
Ante la certeza de que todavía no cuenta con la mayoría necesaria en la Cámara de Diputados para la reforma de Ganancias, el Gobierno redobló ayer la presión sobre los gobernadores.
Con el oficialismo y la oposición firmes en sus posturas y lejos de un acuerdo, la incertidumbre promete extenderse hasta la sesión, citada para las 11. De acuerdo con los números que maneja el interbloque que preside Mario Negri, Cambiemos tiene un piso de 100 votos y, en el escenario más optimista, podría alcanzar los 114 votos positivos, 15 menos que la mayoría absoluta de 129.
El factor clave es la relación de la Casa Rosada con los gobernadores, interesados en que la reforma no tenga un impacto fiscal que reste recursos a sus provincias. Con el objetivo de que los mandatarios influyan sobre los diputados, el Gobierno les mandó un cuadro con el detalle de lo que podría llegar a perder, cada distrito, en caso de que se aprobara el dictamen del Frente Renovador.
El panorama para la oposición tampoco es alentador. En caso de que resultara rechazado el dictamen del oficialismo, el segundo despacho en tratarse sería el del Frente para la Victoria (FPV), que no logra acuerdos mínimos con el resto de la oposición.
Sólo después se trataría el dictamen del massismo, firmado por el Bloque Justicialista y el Frente Amplio Progresista (FAP). Ese sector tampoco había reunido anoche los votos necesarios para avanzar. También hay un cuarto dictamen, del Frente de Izquierda.
A la oposición se le agrega un ingrediente extra: si llegara a caerse, el escenario favorecería al Gobierno, más preocupado por las urgencias fiscales que por cumplir con una de sus promesas de campaña. Quizás por eso, el Frente Renovador se quejó ayer de que el oficialismo no había querido negociar. Un camino analizado para evitar eso sería votar en general el dictamen del oficialismo y después hacer cambios en particular.
En Cambiemos, niegan que estén cerrados a un acuerdo. Pero admiten que están lejos. «Tenemos unos 100 votos, pero nos faltan 29. Seguramente habrá cambios, modificaciones del mínimo no imponible y de las escalas, por eso digo que tenemos un final incierto», dijo Jorge D’Agostino, parte de la mesa chica del bloque radical, en declaraciones a FM Palermo.
El dictamen del oficialismo contempla un aumento muy moderado del mínimo no imponible, el piso a partir del cual se paga el impuesto. Propone que aumente sólo un 15 por ciento%, por lo que pasaría de $ 18.800 a $ 21.712 de bolsillo, para los trabajadores solteros, y de $ 25.000 a $ 25.231, para los casados, con dos hijos. Ese punto, que hará que más trabajadores empiecen a pagar, es el más criticado por la oposición, que pretende un aumento de alrededor del 50%.
Los referentes de Cambiemos insisten en que lo más importante es la modificación de las escalas, la primera que se haría desde 1999, lo que tendría como efecto que los empleados alcanzados por el impuesto tributen un porcentaje menor. La mayoría de la oposición acuerda con esa propuesta, pero reclama un índice de actualización automática, tanto de las escalas, como del mínimo no imponible. También se disparará una discusión reglamentaria: ¿se necesita mayoría absoluta de 129 votos para la reforma o basta con mayoría simple? Depende de qué lectura se haga del artículo 75 de la Constitución.
Con la idea de que la mejor defensa es un buen ataque, el Gobierno apunta a restar respaldo al dictamen de Massa . Sostiene, en contra de los cálculos hechos públicos por el Frente Renovador, que un cambio tan grande en el piso del impuesto generará un costo fiscal extra de $ 48.000 millones y que los impuestos que propone crear Massa no alcanzarán para tapar el agujero.
De acuerdo con el cuadro que la Casa Rosada les hizo llegar a los gobernadores, las provincias perderían con el proyecto del FR $ 39.000 millones, mientras que con el dictamen del oficialismo sólo resignarían $ 16.000 millones. Según ese análisis, Córdoba perdería $ 1500 millones con el proyecto de Cambiemos y $ 3700 millones, con el del FR. Chubut resignaría $ 256 millones con el dictamen del oficialismo y $ 618 millones con el de Massa.
La estrategia de presión, que podría dar mejores resultados en el Senado, por ahora no le asegura mayoría a Cambiemos en Diputados. En contra de lo que espera el Gobierno, los seis diputados del peronismo de Córdoba anticiparon que van a a apoyar el dictamen del FR. La relación de la Casa Rosada con Mario Das Neves, el gobernador de Chubut, atraviesa un mal momento por un decreto de Mauricio Macri que eliminó un beneficio para los puertos patagónicos. El oficialismo tiene, eso sí, asegurados el respaldo de los bloques que responden a los gobernadores de Misiones, Hugo Passalacqua, y de Santiago del Estero, Claudia Ledesma.
Fuente: La Nación