Nadie sabe si Andrés Zottos ganó o perdió en la convención renovadora de ayer. La pluralidad de voces que muestra la prensa local, es directamente proporcional a los intereses políticos y económicos que la sostienen. De esta manera el lector no iniciado en cuestiones políticas bien podría caer en una “confusión mama”.

“Fracaso de Zottos en la convención del PRS” titula el portal oficialista de las buenas noticias, mientras que el resto de los medios provinciales señala que “no prosperó la posición de los renovadores «U» de hacer una nueva alianza con el gobernador”.

Más allá de la “confusión” que mostraron algunos medios de comunicación, la situación fue virtualmente de un empate, donde no pudo ninguno de los sectores imponerse, aunque ambos sacaron su tajada.

Por un lado los puristas no pudieron imponer la expulsión de los renovadores U, y tampoco estos pudieron asegurarle al gobernador la continuidad de su alianza con los marineritos de calle Rivadavia.

Pese al pomposo título Zottos no fracasó en su intento de monopolizar las decisiones aliancistas, puesto que la Convención del PRS (órgano deliberativo partidario) facultó, con 49 votos, al Comité Central (órgano ejecutivo)  a llevar adelante la negociación por alianzas o frentes de cara a las elecciones provinciales del próximo año. Es decir que dejaron en manos de Zottos, quien encabeza el Comité Central, la decisión de aliarse o no con otros partidos. La derrota en este caso fue U, porque los renovadores peronisados a fuerza de cargos públicos (Julio Loutaif, Marcelo Lara Gross y Cristina Fiore) no pudieron asegurarle un futuro aliancista al presidente del PJ.  Los renUvadores apenas lograron 30 votos, que en matemáticas son menos que los 49 del zottismo.

En tanto se frustró la pretensión purista de expulsar a los amigos personales del gobernador, sobre quienes -acusados de inconducta partidaria- pesaba la amenaza de sanciones internas.

Los renovadores U sobrevivieron al tsunami zottista porque sus casos particulares no fueron analizados por el tribunal de ética y disciplina partidaria. Todo terminó con la intervención de la policía y el fin del encuentro.  Como hace 100 años fosa común, cruz y misa final. Ni vencedores, ni vencidos.