Si pasa, pasa. El doctor Martín de la Arena ataca de nuevo: intentó cobrar 30 mil pesos por transfusión de plasma.  La fiscal Mónica Poma será la encargada de investigar el presunto delito. 

Los archivillanos en esta provincia se repiten demasiado. El que volvió a ser noticia el finde fue el exgerente del Hospital Materno Infantil, el doctor Martín de la Arena, esta vez porque su banco privado de sangre, HemoSalta SRL intentó cobrar $30 mil por transfundir plasma recuperado de Covid-19; pese a que está prohibido lucrar con la sangre.

Era un negocio redondo: una persona dona plasma por altruismo (porque no puede cobrar). El banco de Sangre privado la recibe y, cuando encuentra un destinatario, le quiere sacar un ojo de la cara para hacerle la transfusión.

Como la nota se hizo pública, el Ministerio de Salud ajustó las clavijas, y este Banco Privado de Sangre dio marcha atrás.

El procedimiento para la provisión de las unidades de plasma consiste en adquirirlos en el Centro Regional de Hemoterapia, para luego ser transfundidos.
Lo cierto es que si bien hay unidades con plaquetas, glóbulos, etc., éstas poseen un costo, y hasta el momento el plasma de pacientes recuperados de coronavirus, no.

Así lo explicó a Nuevo Diario la titular del Centro de Hemoterapia de la provincia: “Que se pueda transfundir tiene un costo, que implicará el recurso humano, los materiales, el equipamiento, los reactivos”, dijo, y señaló: “Es lo mismo que un trasplante de riñón, no se cobra el riñón pero sí la operación”.

En ese sentido, explicó que, en cuanto a los costos, según lo establecido desde el Ministerio de Salud (Arancelamiento y otro organismo del centro de hemoterapia): “Con respecto al plasma de convalescientes, es algo nuevo, pregunté si teníamos que facturarlo, y nos dijeron que hicieramos el estudio de costos”.

“Se estableció 400 Unidades de Costo de Producción, pero no salió aprobado por resolución ministerial, por ende hasta ahora no se le facturó a ningún servicio de transfusión, ni público ni privado, por lo que desconozco por qué este doctor (De la Arena) está cobrando las unidades, cuando fueron entregadas a cero costo”.

Por su parte el ministerio Público Fiscal abrió investigación penal para evaluar la posible comisión de delitos.

Le gusta la sangre más que a Drácula

En 2013, una investigación del periodista Daniel Murillo dio a conocer cómo era el negocio de la sangre en Salta.

Todos los caminos conducían a Martín de la Arena, en ese momento director del Centro Regional de Hemoterapia y dueño de la principal empresa privada que distribuye la sangre, Hemovida, que decuplica las ganancias a comparación de lo que factura el Estado por el servicio.

En 2013, después de su salida forzada del Hospital Materno Infantil tras la muerte del niño Luciano Martínez atravesada por irregularidades, De la Arena realizó maniobras con los socios de su empresa de sangre y se “abrió” de la SRL HemoVida (todavía tercerizada del Hospital Materno Infantil) dejándola en manos, al menos en los papeles, de Mónica Alejandra López, entonces encargada de hemodonación y colecta del Centro Regional del Estado.

El negocio funcionaba así: el Centro Regional de Hemoterapia colecta la sangre, la procesa, la analiza y la divide para separar, por cada donante, tres bolsas de contenidos, de las cuales por cada una factura 350 pesos del Estado.

Esas mismas bolsas son remitidas a los centros privados distribuidores de sangre, que le facturan a las obras sociales entre 2 y 3 mil pesos por la transfusión de cada una.