Florentina Gomez Miranda reconocida luchadora por la igualdad de género y figura del radicalismo fue la autora del primer proyecto sobre despenalización del aborto que se presentó en Diputados a partir de la recuperación democrática. El Diputado Nacional de la UCR, Miguel Nanni con su voto a favor de los abortos clandestinos se olvidó de su legado. 

El Diputado Nacional de la UCR, Miguel Nanni, votó en contra de las mujeres a pesar que con una solicitada los correligionarios le pidieron que votara a favor del aborto: “Queremos que los derechos sexuales y los derechos reproductivos sean reconocidos como derechos básicos de todas las personas. Para eso, es necesario garantizar el acceso universal a los servicios públicos de salud y educación que los sostienen. La defensa del derecho al aborto es una causa justa en razón de su contenido democrático y de justicia social, que busca asegurar el goce de los derechos humanos a las mujeres hoy privadas de ellos. La ilegalidad del aborto da lugar a prácticas diferenciadas según la condición socioeconómica de la mujer y a la falta de información”, expresa el documento.

En una entrevista el Diputado reconoció que en Salta no se aplica la Ley de Educación Sexual y trató de explicar el porqué de su voto.

Florentina Gomez Miranda

A la reconocida luchadora por la igualdad de género y figura del radicalismo que falleció en 2001 a los 99 años, le habría gustado ver la implementación efectiva de la educación sexual integral en las aulas de todo el país y la despenalización del aborto en el Congreso. Fue suyo el primer proyecto sobre despenalización del aborto que se presentó en Diputados a partir de la recuperación democrática. “No tengo problema en que los hombres tengan todos los derechos que quieran, pero compartidos”, había manifestado.

Por esa paridad en los derechos batalló convencida. A ella se le deben leyes fundamentales, como la ley de patria potestad compartida, la equiparación de los hijos matrimoniales y extramatrimoniales, el divorcio vincular y la pensión para la concubina o concubino. También promovió la ley de cupo junto con otras legisladoras, que fijó un piso de 30 por ciento de mujeres en las listas de diputados y senadores. “Lo más destacado de su personalidad fue su capacidad de seguir aprendiendo adultísima: la porosidad de su subjetividad. Tenía una cabeza gigante. Hay que señalar que los temas del feminismo los incorporó a los 70 años”, comentó a Página/12, Dora Barrancos, historiadora e investigadora del Conicet.

La Comisión de la Mujer, Familia y Minoridad de la Cámara de Diputados se creó a partir de un proyecto de Florentina, que presentó a poco de asumir su banca, con la llegada de Raúl Alfonsín a la Casa Rosada. Tenía 72 años. Tuvo dos mandatos consecutivos. “Para mí hay un solo Alfonsín”, dijo en la misma entrevista, y se refería al ex presidente, claro, cuando le preguntaron sobre la actualidad del radicalismo. Entre los más de 150 proyectos que presentó como diputada, se destacan otros que no llegaron a aprobarse en aquel momento, vinculados con la planificación familiar, el Papanicolaou obligatorio y fertilización humana asistida (este último fue el primero en el Congreso sobre la temática).

Florentina había nacido en Olavarría el 14 de febrero de 1912. Fue la menor de ocho hermanos, “flaca, narigona y negra”, como ella se describía. Su madre y su padre, docentes, le transmitieron el amor por la educación. Se graduó de maestra en la Escuela Nacional de Profesores Mary O’Graham. Ya siendo docente estudió libre la carrera de abogacía en la Universidad Nacional de La Plata, donde se graduó en 1945. “He vivido toda la vida enseñando y aprendiendo”, declaró alguna vez. “No hay otro camino que la educación”, sostenía. “Soy maestra por vocación, abogada por elección y política por pasión. Y de las tres actividades la que más me ha servido en la vida fue la de maestra, aun en mi profesión de abogada”, decía.

Era un poquito testaruda, no se amilanaba con nada. “Los varones del partido sabían lo difícil que era pelearse con ella”, recordó Mabel Bianco, integrante del Comité Nacional de la UCR, y directora de la Fundación Estudio e Investigación de la Mujer. Siempre se quejaba de que las mesas de discusión del partido estuvieran llenas de hombres. “Todavía los hombres ordenan la política”, se lamentaba. El darse cuenta de que los varones eran los articuladores del verdadero poder fue lo que la llevó a levantar las banderas del feminismo, señaló Barrancos.

A la UCR ingresó desde muy joven. A Hipólito Yrigoyen, contó, lo conoció en persona, cuando su madre la llevó a pedirle un puesto como docente a poco de recibida y le impresionó mucho su personalidad. Los 99 años los celebró en febrero en su casa de Sarandí al 1000, con su lucidez intacta. En la reunión fantaseó con la idea de festejar los 100 en el Luna Park.