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Murió José Arce, el femicida que mandó a matar a Rosana Galliano

Estaba internado por un pico de presión. En 2013 había sido sentenciado a la máxima pena, aunque gozaba del beneficio de la prisión domiciliaria.

El sábado murió, a los 68 años, José Arce, el hombre que en 2008 mandó a matar a su esposa, Rosana Galliano. En las últimas horas había sido internado en el Hospital Sanguinetti, de Pilar, por un pico de prisión.

La noticia fue confirmada por los familiares de Galliano, quienes aseguraron que el hijo mayor de Arce se comunicó para informarles el hecho. «Lo escuchamos liberado, como si se hubiera sacar una mochila de encima», indicó a Perfil Oscar Galliano, tío del joven y hermano de la mujer asesinada.

El 16 de enero de 2008, Rosana Galliano, entonces de 29 años, recibió varios balazos dentro de su propiedad, en la localidad bonaerense de Exaltación de la Cruz, por un tirador contratado por Arce y su madre, Elsa Aguilar. El sicario nunca fue atrapado.

Aunque en 2013 había sido sentenciado a la máxima pena, el femicida gozaba del beneficio de la prisión domiciliaria. El juez de Familia de San Isidro, Carlos Alberto Ruiz, había ordenado en diciembre de 2016 que sus hijos reanudaran la relación con su familia materna, quienes ahora obtendrán la tenencia definitiva.

El caso de Rosana Galliano fue «la crónica de una muerte anunciada» con «ribetes de crimen organizado»

Así lo definió el Tribunal Oral 1 de Campana.Por unanimidad, los jueces Daniel Rópolo, Elena Bárcena y Raquel Slotolow dieron por acreditado que el crimen de Rosana Galliano, cometido en 2008 en una casona en El Remanso ubicada en Exaltación de la Cruz, fue premeditado y planeado con división de tareas entre personas cercanas a la víctima y entre otras que aún no fueron identificadas.

La violencia contra la mujer no estuvo ausente entre los argumentos de los letrados, quienes mencionaron que «las pruebas demostraron que se habían producido amenazas anteriores que hacían presumir que el desenlace que se produjo esa noche podría ocurrir».

Asimismo mencionaron: “Como suelen ser lamentablemente todos los casos de violencia de género, las agresiones van `in creccendo` comenzando por el maltrato verbal, luego físico, hasta en algunas relaciones, como la presente, la muerte».

“Aparte del motivo pasional se pudieron haber sumado también intereses económicos, al tener que compartir el imputado con la víctima la división de bienes gananciales», concluyeron.