Los inversores locales, y sobre todo internacionales, saliron masivamente de los acciones y bonos, haciendo añicos sus cotizaciones, y tanto el riesgo país, como los seguros contra default se dispararon y parecen no tener techo.

Los inversores locales, y sobre todo internacionales, salieron este miércoles masivamente de las acciones y bonos, haciendo añicos sus cotizaciones, y tanto el riesgo país, como los seguros contra default se dispararon y parecen no tener techo.

En ese marco, el dólar mayorista escaló 3,7% a $ 43,95, su récord histórico nominal, por mayor demanda por cobertura, y una simétrica escasez de la oferta. También es cierto que la situación se agravó por un mal día en los mercados emergentes: en Brasil, por ejemplo, la divisa de EEUU subió 1,7%.

Lo realmente preocupante, según dicen en las mesas, es que se suponía que en abril el dólar iba estar más tranquilo porque llegaban las agrodivisas, con el refuerzo de las subastas del Tesoro. Por este motivo, esta suba es «estacionalmente preocupante».

Esta semana se cumple un año del comienzo de la crisis cambiaria de 2018.

El riesgo país saltaba 12% hasta los 962 puntos básicos (nuevo máximo en 5 años), y los títulos nominados en dólares, como el Bonar 2024, sufrieron caídas de hasta 6,2%, y ya rinden hasta casi 20% anual.

A la par, la bolsa porteña derrapó casi 4%, y borró así las ganancias (leves) anuales en pesos, mientras que las acciones argentinas en Wall Street se hundieron hasta 13,7%.

Entre las primeras, analistas destacan que las últimas medidas anunciadas por el Gobierno para intentar frenar la inflación y reactivar el consumo no generaron ninguna señal positiva en los mercados.