Sergio Massa mantiene diálogo con dirigentes del peronismo pero sigue manteniendo su opción propia, a tres años del lanzamiento del Frente Renovador. Dos mujeres políticas y Lavagna, en su horizonte electoral.
El hombre confía en sus dotes de equilibrista político. Y entre los suyos, defiende los diferentes tiempos que lo hacen estar cerca del calor oficial muchas veces y otras, celebrar su independencia del Gobierno de Mauricio Macri. Ese delicado equilibrio suma sus coqueteos con el peronismo oficial y a la vez, la opción electoral con dos mujeres de fuerte presencia política.
Sergio Massa disfrutaba, pocos días atrás, que el Gobierno Nacional había ordenado a sus diputados votar dos leyes de presunta autoría de su fuerza: ley del arrepentido y extinción de dominio, capitaneadas por su espada legislativa Graciela Camaño. Así, se puede mostrar como un peronista que apuestan a la transparencia. A ese “clima de fiesta”, según definió un dirigente renovador, se sumaba el aniversario de del nacimiento como fuerza política. Y comparaban la euforia con el día que frenaron la reelección indefinida de Cristina Fernández de Kirchner.
Hoy Massa recibe mimos de José Luis Gioja -titular del PJ remozado- y colecciona en poco tiempo, una cena privada y una reunión pública con Miguel Ángel Pichetto. También retomó el diálogo con dirigentes que se fueron de su lado y volvieron al peronismo oficial -como el alcalde Gabriel Katopodis- y volvió a contar con el afecto político de Martín Insaurralde. Mientras tanto, sigue en línea con José De la Sota y sumó un encuentro con el actual gobernador Juan Schiaretti.
Esas puntas peronistas tienen un correlato con otro esquema que Massa analiza, en caso de que decida correrse de la pelea por el Senado, que sucederá el año próximo y que lo obligaría a definirse respecto de una postura cercana al Gobierno de Macri y de Vidal: “Ojo con la fórmula Margarita Stolbizer- Roberto Lavagna en la provincia de Buenos Aires”, se entusiasmó delante de un dirigente que le pedía definiciones.
“Es imbatible”, exageró Massa al pensar en una fórmula con la diputada y el ex ministro de Economía, quien aún se mantiene en su esquema político como referencia. Así, Massa podría correr el cuerpo de una pelea que augura la competencia de Elisa Carrió -por Cambiemos- y un retorno de Florencio Randazzo, para postularse por el peronismo, donde Daniel Scioli y Julián Domínguez podría correr para Diputados. Y el apellido Massa podría correr pero en la lista de Diputados, donde su mujer Malena Galmarini podría encabezar.
En ese esquema de Stolbizer se sumaría el apoyo de Victoria Donda, la intensa diputada porteña de Libres del Sur, que aún tiene mandato como diputada nacional pero que actúa en tándem con Stolbizer. Un nombre que suena cada vez más como opción electoral del massismo en la Ciudad de Buenos Aires es Gustavo Marangoni; ni más ni menos que el ex titular del Banco Provincia durante la gestión Scioli es “meloneado” por las huestes renovadoras.
Así, Massa se debate entre sus alineamientos momentáneos con el macrismo, su aceitada relación en tierra bonaerense con la gestión de María Eugenia Vidal y una tercera vía, con Stolbizer, Donda y Lavagna. Por el momento, la variable pejotista es para el jefe del Frente Renovador más una reivindicación política que una opción cierta en el corto plazo.
Fuente: Clarín