El informe de la UCA registra que un 35% asiste a comedores, y un 13% pasa hambre. El trabajo infantil aumenta en estratos medios y altos.
Daños colaterales de la revolución de la alagría: la pobreza infantil en Argentina aumentó a su nivel más alto en la década y afecta al 51,7% de los niños y adolescentes del país, según el último informe del Barómetro de Deuda Social de la Infancia de la Universidad Católica Argentina.
Los datos del relevamiento corresponden al año 2018. El reporte muestra que, de ese 51,7% de niños y adolescentes, un 29,3% tiene un déficit en sus comidas, mientras que un 13% pasó hambre. Además, la asistencia de los menores a comedores infantiles creció de forma constante y trepa al 35%. La investigación se realiza de forma anual desde 2010 y durante el kirchnerismo se tomó como referencia ante la manipulación (o directamente ausencia) de cifras oficiales del INDEC. La UCA analiza las inequidades asociadas a cada dimensión de los derechos del niño: se relevan datos sobre alimentación, salud, hábitat, subsistencia (pobreza), crianza y socialización, información, educación y trabajo infantil. De estos datos, los que se analizan para determinar la pobreza son alimentación, hábitat y salud: fueron los tres aspectos que muestran lo preocupante de la situación actual.