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Malos tratos

Malvina Astorga, la esposa de un detenido por la toma de la UTA mencionó que denunciará al Ministerio de Derechos Humanos por el trato recibido en la Alcadía “me tratan como una prostituta», señaló.

Malvina Astorga contó la situación por la que atraviesa a El Tribuno, declaró que se siente humillada por el trato que recibe en la Alcaidía de Tribunales cuando concurre a visitar a su esposo, Omar Pereyra, el dirigente de la UTA, hoy detenido.

«Parece que todos tuvieran una fijación conmigo porque de la forma que se dirigen hacia mi persona, siento que me tratan como una prostituta», expresó a El Tribuno.

Contó que en la última visita al presidio ubicado en la Ciudad Judicial le llamaron la atención por cómo estaba vestida: «Me puse esa ropa porque una de las condiciones para las visitas es que no vayan con ropa provocativa, pero el guardia me salió con una gansada. Me dijo: «señora, el tema no es la ropa, sino el contenido»», comentó.

«Solo atiné a decirle a ese policía que era un mal educado, un desvergonzado», dijo. Y agregó: «Soy mamá, tengo cinco hijos, el mayor de 15 años y el menor de cinco y no puedo aceptar que me traten de esa manera». Por esta situación, Malvina Astorga anunció que presentará una denuncia en el Ministerio de Derechos Humanos. «Soy la esposa de un preso político del gremialismo, pero así fuera la de un delincuente, ninguna mujer merece un trato de tan bajo calibre», sentenció.

Además de ese incidente, Astorga denunció que sufre restricciones en los horarios de visita a Pereyra en la Alcaidía. «La semana pasada me dejaron pasar a mí, pero no a mis hijos y recién el viernes les permitieron ver a su papá», se quejó. Por todas las cosas que le están pasando, la mujer sospecha que detrás de esas limitaciones se oculta una persecución contra de su persona. «Lo que observo es que para las otras visitas no hay trabas, en cambio a mi siempre me ponen peros y hasta tienen el tupé de faltarme el respeto», expresó. No obstante ello, Astorga sostuvo que «todas estas cosas me dan más fuerza para seguir luchando, no solo por la libertad de mi esposo y de los otros detenidos, sino para desenmascarar a los corruptos de la UTA».