A pesar del escándalo y pataleo, Darío Nieto tuvo que ir a declarar. Lejos está de despegarse del espionaje ilegal en el que está imputado, pero más lejos quiere dejar a su líder y conductor de esta causa.
Durante la indagatoria que fue ayer, Nieto negó cuantas veces pudo su vínculo con la excoordinadora de Documentación Presidencial Susana Martinengo, quien para los fiscales funcionaba como un canal alternativo para que la información ilegal que recababa una banda de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI) llegara a manos de altos funcionarios del Poder Ejecutivo macrista.
«Jamás Susana Martinengo me dio ningún informe de inteligencia, no conozco a ninguno de los espías imputados en la causa, nunca supe de estas supuestas reuniones en Casa Rosada entre Martinengo y los espías y nunca Mauricio Macri me pidió ningún tipo de informe de inteligencia», soltó Nieto. Por lo menos ya reconoció que conocía a Martinengo.
En esta escueta declaración de media hora, Nieto se despachó contra los fiscales y sorprendió al pedir distribuir en sus redes sociales el video de la audiencia, justo un par de días después de poner el grito en el cielo porque se había filtrado información del expresidente que estaba en la causa.
Durante los cuatro años de mandato de Macri, Nieto fue su secretario privado. En 2017 le concedieron el cargo de subsecretario de Asuntos Presidenciales, quedando Martinengo bajo sus órdenes. La mujer es, hasta ahora, uno de los canales a través del cual se entiende que el propio Macri podría haber recibido la inteligencia ilegal que producía la banda de los «Super Mario Bros». Martinengo empezó a trabajar para Macri cuando él todavía estaba en la Jefatura de Gobierno de la Ciudad. Allí fue donde aparentemente la mujer trabó amistad con Jorge “Turco” Sáez, un expolicía de la Ciudad que pasó a la AFI para conformar la banda de los Super Mario Bros.
En sus conversaciones con Sáez, Martinengo solía pedirle información para pasarle a Nieto y éste al entonces presidente. Sáez grababa esas conversaciones y después las compartía con Leandro Araque. Gracias a esta metodología, los fiscales Cecilia Incardona y Santiago Eyherabide lograron deducir que Nieto habría recibido informes de Martinengo en, al menos, dos oportunidades.
Un informe habría sido sobre el espionaje a las comunidades mapuches y el otro, sobre las movilizaciones en torno a la reforma previsional de 2017.
Nieto englobó a Martinengo entre las 125 personas que tenía a su cargo. «No era de confianza. Yo hablaría con ella una vez cada dos meses», dijo. Sin embargo, Martinengo en su indagatoria dijo que cuando se peleaba con su jefa, lo buscaba a Nieto. Aunque en su ampliación, la mujer intentó despegar al secretario y al propio Macri. Dijo que ella no tenía línea directa con Nieto.
Nieto apunta a nulificar todo lo que pueda surgir de sus teléfonos y que la causa vaya a los tribunales de Comodoro Py. La Cámara Federal de La Plata rechazó un pedido de su abogado, Gervasio Caviglione Fraga, para anular los allanamientos que se hicieron en las propiedades de Nieto y todo lo que haya surgido de esos allanamientos. Mientras tanto, en la Cámara Federal porteña tienen para analizar un pedido de Nieto para abrir una investigación por una presunta adulteración de su teléfono.
Hasta ahora, no apareció un segundo teléfono que tenía Nieto. Durante la audiencia de este martes, él confirmó su existencia, pero dijo que lo devolvió en diciembre porque correspondía al Gobierno. Aunque en el listado no figura Nieto como poseedor de uno de los teléfonos encriptados de la AFI que Macri repartió entre sus amigos.