Tras presentar a su gabinete, el presidente electo acusó al kirchnerismo de obstaculizar la transición y de generar problemas al futuro gobierno; «en vez de salir por la puerta grande, sale por la chica», dijo.
La cuidada escenografía, similar a la que utilizan los presidentes de Estados Unidos y algunos países europeos, dio lugar a las risas y a las bromas. Pero más allá de la foto compartida con quienes serán sus ministros, Mauricio Macri llegó al Jardín Botánico de Palermo para exteriorizar su evidente enojo con la todavía presidenta Cristina Kirchner, a quien responsabiliza de los contratiempos que como presidente electo ya está experimentando, aun antes de comenzar su mandato.
«Me pareció que queda claro que la Presidenta no quiere colaborar (…) da la sensación de que va a seguir abonando a ver cuántos problemas nuevos le puede crear al nuevo gobierno», dijo el presidente electo después de la foto conjunta, apenas pasadas las 9 y con un sol que ya empezaba a calentar a pleno en la mañana porteña. «En vez de salir por la puerta grande, [la Presidenta] sale por la puerta chica», dijo Macri, en la frase que más impacto y malestar causó entre los hombres más leales a la primera mandataria.
La respuesta de Macri tenía como origen el reciente decreto de necesidad y urgencia (DNU) firmado por Cristina Kirchner, en el que establece la devolución del 15% de los fondos coparticipables que la Nación venía reteniendo a las provincias desde 1992, y que la Presidenta decidió reintegrar (a nueve días de culminar su mandato) por orden de la Corte Suprema. Luego de plantear ayer la inconstitucionalidad del DNU, la cuestión ya estaría bajo análisis del futuro secretario legal y técnico, Pablo Clusellas, que ayer estuvo muy atareado en la sede del gobierno porteño de Parque Patricios.
No menos importante en la cabeza del presidente electo y sus funcionarios es la ceremonia de jura y toma de posesión del mando, que Macri pretende llevar a cabo en el Congreso y luego en la Casa Rosada, pero que para el Gobierno debe realizarse sólo en el Parlamento. La pulseada continúa. «Esta ceremonia tiene que retomar su protocolo histórico. Jura y discurso en el Congreso, y después el presidente saliente espera en la Casa Rosada, le da la banda y el bastón, juran los ministros (…) Hasta ahora, siento que no nos podemos entender», enfatizó Macri con tono docente.
Su futuro secretario general de la Presidencia, Fernando de Andreis, abrió un canal de diálogo con quien hoy tiene a cargo esa área, Eduardo De Pedro, hasta ahora sin acuerdo a la vista, mientras el kirchnerismo se niega a dar el brazo a torcer en este punto. «Sigue trabado. Vamos a seguir insistiendo», comentaron cerca de Macri a última hora de ayer.
El pedido a los ministros
Más allá de estos dos puntos de discordia, ayer continuó el intercambio de fotos e información entre ministros salientes y entrantes. La transición en estado puro. Todos los funcionarios macristas -con la única salvedad del actual ministro kirchnerista de Ciencia, Lino Barañao, de viaje oficial en Uruguay-estuvieron en el Jardín Botánico, y escucharon de Macri cuatro pedidos concretos, que se los hizo en privado: «Dedicación, coordinación, buena y permanente comunicación a los argentinos, y honestidad». Ésas fueron las premisas que escucharon los futuros ministros de boca del próximo presidente. «Voy a ser muy exigente, no va a haber tolerancia ni impunidad para nadie de mi equipo», advirtió el mandatario electo.
«Hay una gran expectativa que no podemos defraudar, Macri será quien vele en el gabinete para que cada uno de nosotros trabaje en equipo y servir a la gente», dijo a LA NACION el rabino Sergio Bergman, designado ministro de Medio Ambiente .
Sin haber aún tomado el mando, Macri dio detalles del viaje a Brasil y Chile que llevará a cabo mañana, para sendos encuentros con las presidentas Dilma Rousseff y Michelle Bachelet. En Brasil hará dos escalas: primero estará con Dilma, en Brasilia, y luego se reunirá en San Pablo con empresarios. Ese mismo día, a la noche, se entrevistará con Bachelet, en Santiago.
Luego de improvisar un par de frases en portugués ante una periodista brasileña, Macri negó que hubiera detalles del titular de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI), aunque sí pudo confirmarse más tarde que la diputada nacional macrista Silvia Majdalani será la número dos de ese organismo a partir del 10 de diciembre. «Será alguien de mi confianza», respondió el presidente electo cuando lo consultaron sobre el tema. Sus tironeos con la Presidenta a través de terceros continuaron durante toda la jornada, y seguramente -confiaban cerca suyo-continuarán hasta el día mismo de la asunción, el jueves 10 del actual.
Fuente: La Nación