El partido Salta Somos Todos llamó a un concurso literario de poesía y narrativa denominado “Sí a la vida”. El jurado estará formado por el Diputado Nacional Alfredo Olmedo, y “la escritora” Jasbel Singh. Entregan premios de $1.500. Bukowskianos abstenerse.
Hay tres categorías para ambas modalidades, Poesía y Narrativa: hasta 12 años de edad. De 13 a 17 años de edad. De 18 años en adelante.
“El grupo organizador se reserva el derecho a declarar desierto los premios o alguno de ellos en caso de que el Jurado considere que los trabajos presentados no reúnen la calidad mínima requerida. Los participantes deberán ser residentes de la Provincia de Salta, sin excepción”, dice el texto.
Que el nombre del concurso y el de la futura antología de ganadores se llame “Sí a la Vida”, y que entre los jurados estén Alfredo Olmedo y su compañera de fórmula antupresentada como “escritora”, Jasbel Singh, ya limita enormemente la temática de los escritos.
Es más, ninguno de los poetas y escritores que integran la nueva narrativa salteña podrían participar en un concurso así (tampoco lo hacen en los concursos oficiales del gobierno provincial, donde las posturas de los jurados suelen ser tan pacatas como las que se espera de esta antología). Para dar un ejemplo, a continuación transcribimos un poema del paraguayo Oscar Fariña, quien, al igual que Charles Bukowski, influyó a los jóvenes que hoy escriben en la provincia:
después de tanto quilombo
pa conseguir la gilada
no había nada
más lindo en la vida
que el momento
en que sus ojos
se abrían luego de la primera seca
sus ojitos de adita
ya felices aunque la droga
todavía no le pegara
tosía
y me miraba
me tiraba
toda la mirada encima
como chispas
de virulana encendida porque
la muy guacha
sabía todo el bondi
para conseguirle
el vicio yo me lo morfaba
sólo por ese momento y para
repertirlo
el bondi
me lo iba a volvé
a morfar siempre
entonces se reía
y recién
después de la segunda
seca la lata
volvía a mí
y mientras
yo me quemaba lo dedo
ella
con una sonrisa
me abrazaba el pecho
se acariciaba la panza
y ahora sin mirarme decía:
gracias Tata,
ojala
nuestro bébe salga
tan bueno como vos